La Vuelta en Asturias: Cuitu Negru

El lunes pasado, la Vuelta a España llegaba a la en parte inédita subida al Cuitu Negro, brutal prolongación del mítico Pajares.
El lunes había menos gente que el día anterior en los Lagos, pero aun así en el camino hacia Pajares había varios grupos de cicloturistas. La subida se hace algo incómoda debido al intenso tráfico, pero es bonita y merece siempre la pena. 
Pronto podemos ver el Cuitu.
 

En la 2ª parte de la ascensión las vistas de las Ubiñas son espectaculares.



Y con calma, y unas sensaciones horrorosas, corono Pajares, muy cascado del día anterior, así que hacemos foto de grupo y hacia Brañillín.


En el tramo hacia Brañillín ya se nota realmente el ambiente de Vuelta, con la carretera llena de ciclistas, y además tenemos unas vistazas de las Ubiñas.



Llegamos a Brañillín y tenemos el Cuitu Negru delante, así que con calma vamos hacia el coloso, que con tanta gente no sabemos si se podrá subir.



La subida al Cuitu es muy dura, pero tampoco es la salvajada que dice todo el mundo, tiene unos rampones de aupa, pero se puede subir, me pareció bastante peor el Angliru.
Aun así, el lunes pasado no lo subí, ya que entre furgonetas de la organización, tapones de gente y demás situaciones normales en un día, así tuve que parar en varias ocasiones y subir más de un tramo andando, pero me he quedado con muchas ganas de hacer esta subida, en breves caerá.



Nos colocamos a unos 750m de meta, en una rampa del 22% y con unas vistas tremendas




Y como ayer, ahora toca esperar a la carrera comiendo, charlando y contando mil anécdotas y disfrutando del ambiente de un día así.
Llegan por fin los corredores, con Cataldo en cabeza y De Gendt a unos metros.


Más tarde pasan Contador, Valverde y Purito.


Y aquí el paso del grandísimo Juanjo Cobo, sufirendo como un perro, jajaja.


A partir de aquí, y como ya comenté el otro día la mayoría de los corredores pidieron empujones, pero alguno subió sin necesidad de ellos, como Cunego, Menchov, Mollema o Gilbert.





Animando al gran Benja, ciclista incomprendido.


Y tras pasar los últimos y ver bajar a los corredores en bici, guiados por Olano o Rijs, bajamos con calma hasta Pola, previo encontronazo con la Benemérita, para acabar una magnifica jornada de cicloturismo.
Habrá que esperar hasta el próximo año, como poco, para poder repetir una experiencia así, y espero que lo haga con mejor compañía, jajaja.

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