El Naranco es un puerto especial para la gente de Oviedo, en sus rampas hemos sufrido y disfrutado todos los cicloturistas de Oviedo. Tras crecer en sus faldas, la primera vez que lo subí en bici fue algo indescriptible, con los años te das cuenta de que la hay un motón de subidas más duras que el Naranco en Asturias (aunque en sus últimos tres kms, como te atasques, puedes pasar un mal rato), pero las vistas desde su cima y la historia de sus rampas hacen de esta ascensión una de las que no deben de faltar en el zurrón de cualquier cicloturista, y para la gente de Oviedo siempre será nuestro coloso, jajaja.
En sus laderas hemos visto alguna de las etapas más épicas que se recuerdan de la Vuelta, como la mítica etapa del 93.


El Naranco fue la última linea de meta que cruzó Miguel Indurain. (A partir del minuto 20)


Todas estas historias tuvieron un claro predecesor, el más mítico escalador de todos los tiempos, José Manuel Fuente "el Tarangu", que usaba estas rampas para entrenar y en las que se aseguró la victoria en la edición de la Vuelta de 1974.
En 1995, la cima del Naranco pasó a denominarse cima Tarangu, en honor al escalador de Limanes que fallecería poco tiempo después.
Este viernes, coincidiendo con la llegada de la Vuelta al Naranco de nuevo después de 16 años, se colgó una placa para homenajear a Fuente, con su famosa estampa entrando en la meta pedaleando solo con una pierna, gesto en el que agradecía todo lo que había hecho por él el médico que le había operado la rodilla tiempo atrás.

Así que ayer era el mejor momento para soltar piernas tras ir al Angliru y acercarse hasta el Naranco, a rendir homenaje al Tarangu, ese escalador que solo conocía el ataque, sin pensar en las consecuencias.




Ayer llegaba la Vuelta a España al Angliru, así que de nuevo tocaba visitar al coloso riosano.
Me junto con Pablo en el desvío hacia Riosa y subimos tranquilamente hasta La Vega, y allí, tras un cafetín rápido, nos desviamos hacia el Angliru.
La carretera está llena de ciclistas y de gente que sube andando, el ambiente es extraordinario, y por aquí, que las pendientes son todavía humanas, es un placer subir, y podemos posturear en las pancartas, jajaja.


Llegamos a Viapará y allí comenzamos la segunda parte de la ascensión, a partir de allí ya no hay bromas, y como ya lo ascendí el lunes pasado, no tengo inconveniente en subir las zonas más complicadas andando, ya que entre la gente, los ciclistas, y los coches que suben y bajan, hacen bastante peligrosa la ascensión.
Pablo me deja atrás y decide ir subiendo poco a poco, hasta que al final acaba coronando, está como un toro, jajaja.
Por mi parte subo tramos andando y otros en bici hasta llegar a Cobayos, donde han puesto un bar y me tomo una cerveza que me sabe a gloria, y comienzo a subir la Cueña, que es horrorosa incluso andando, jajaja.


Mientras subo la Cueña me alcanza Chus, que venía andando y nos colocamos arriba del todo de la Cueña, en la zona del 23,5%. 
Desde allí las vistas, antes de que las cubriera la niebla, son espectaculares. Hay que ver lo abajo que queda la curva de Les Picones.



La Cueña, ambientazo!!!


Al poco baja Pablo y ya estamos el trío calavera al completo, ahora a esperar a que lleguen los profesionales entre charlas y risas.


Sobre las 17:30 llegan los profesionales y aquello es el caos, la gente, pese a lo que se vio en la tele, fue totalmente respetuosa con los ciclistas, que llegaron totalmente rotos al final de la Cueña. Los problemas vinieron por parte de los coches, en especial por parte de un coche de asistencia neutra que faltó poco para que nos atropellara.
En este vídeo no se ve mucho de la carrera pero si se aprecia perfectamente la locura de esos instantes, jajaja.


Después de los favoritos pasa un reguero de corredores, porque en el Angliru no hay grupetas. Desde aquí quiero felicitar al agente de la Guardia Civil que cumplió con su labor a la perfección y no permitió que se produjeran los vergonzosos empujones que se suelen dar todos los años, pese a las quejas de algún aficionado.

Dani Moreno


Rafal Majka

Nicholas Roche

Bartosz Huzarski


Janez Brajkovic

Juanma Garate

Igor Antón



Rafa Valls

Amets Txurruka

Michelle Scarponi

Ivan Santaromita

Luis Ángel Maté

Mikael Cherel


Imanol Erviti

Anthony Roux




Dario Cataldo


Johan Van Summeren

Nicolas Edet


Sergio Henao





Sylvester Szmyd

Tras pasar el último de los corredores, toca bajar con una niebla cerradísima y con una marea de gente andando y en bici, hay que extremar la prudencia, ya que la bici se lanza mucho.
Por fin llegamos a Viapará y desde allí la bajada ya es sencilla, solo hace falta dejarse caer y pese a que llueve se baja bastante mejor que antes.

El Angliru es grande, muy grande, una subida necesaria para la Vuelta a España y que debe visitar cada 2 o 3 años. Espero que la próxima vez sea un cronoescalada.
Como siempre un placer compartir el día con Pablo y Chus, sois unos grandes.
Este sábado llega la Vuelta a España al Angliru, así que este lunes vi la ocasión perfecta para rendirle pleitesía al rey de reyes. Vivir tan cerca es una suerte, pero también un inconveniente, hay que ir al menos una vez al año y es una subida extrema, en la que en su segunda parte es imposible disfrutar, solo sufrir y sufrir para alcanzar la cima, eso si, una vez arriba, es el cielo del cicloturista.
El perfil fue sencillo, etapa unipuerto, pero este es una de las pocas subidas que admite perfectamente una ruta así.


Tengo 20 kms hasta Riosa, los últimos 6 bastante pestosos, así que me los tomo con mucha calma guardando lo más posible.
Al llegar a La Vega tomo el desvío hacia el Angliru, el infierno me espera...
Los primeros kms hasta Viapará son relativamente sencillos, así que se puede regular y con paciencia van pasando los kms. Vale más no mirar mucho hacia arriba y ver lo que me espera, jajaja.


Sin mayor dificultad llegó a Viapará, un km llano, y en frente de mí ya aparecen las primeras rampas de la segunda parte de la ascensión. La carretera se pone al 15%, se acabaron las bromas.


Al final del primer km se encuentra la zona de Les Cabanes, 400m casi al 20% de media, que se me hacen muy duros, las sensaciones no son buenas. Además, hay muchos coches (me cruce como poco 50 entre la subida y la bajada, jajaja), ciclistas, ganado, la TPA está grabando un reportaje para el programa Caballos de Metal... Vamos, que me encuentro un tráfico intenso para lo que suele haber en el Angliru, y no puedo hacer todas las eses que me gustaría hacer, jajaja.


Tras pasar Les Cabanes llegan los 2 kms más suaves de la subida, uno al 11%, y otro al 12% de media, jajaja, y en los que hay que intentar regular todo lo que se pueda, si es posible.


Pongo una marcheta entre 5,5 y 6kms/h y poco a poco van pasando los kms, Llagos, Les picones y por fin llego a Cobayos, echo un vistazo rapido a las maravillosas vistas que tiene la subida....


...y a por la Cueña, 700m demoledores en los que la pendiente no baja del 16% y alcanza el 23%.


Intento subir con toda la calma que puedo, pero aquí regular es imposible. Las otras veces había subido la Cueña entera de pie, pero esta vez subí a ratos de pie y a ratos sentado, bastante mejor que las otras veces, pese a ir echando las tripas, jajaja, es lo que tiene el Angliru.
Los últimos 50m, al 23,5%, son demoledores, está vez conseguí levantar la cabeza y no debí de hacerlo porque la vista de lo que tienes delante es abrumadora.
Finalizo la Cueña y el corazón se me sale por la boca, la pendiente da un poco de tregua (esos descansillos al 16%, jaja) e intento recuperar algo hasta llegar al Aviru.
Nuevas rampas al 20% en el Aviru y justo allí me encuentro a unas vacas ocupando todo el ancho de la carretera, tengo que pararme, y tras apartarse las vacas, intento arrancar en una rampa del 18%, pero justo al arrancar me da un calambre en el biceps femoral derecho, me pongo de pie, pero tras cuatro pedaladas más tengo que parar. Me sorprende que me diera un calambre ya que no iba muy cargado de piernas, supongo que habré pagado el subir parte de la Cueña sentado forzando ese músculo demasiado.
Subo unos metros andando hasta la curva, que es llana, para poder arrancar y con algo de dolor, consigo coronar el Angliru.


La gente de Caballos de Metal rodando el reportaje.



Y para abajo, con mucha calma, que la bajada es peligrosísima, así que paro coda poco a disfrutar de las vistazas que se pueden ver en las fotos, con parte de mi dedo también, jajaja.





Y que mejor manera de acabar una ruta que incluye el puerto rey, que hacer los últimos kms por la senda verde, jajaja.



Pufff, como se sufre en el Angliru, pero la visita es obligada, y este sábado habrá que volver para ver in situ la más que probable exhibición del abuelo, pero eso es otra historia...