Las cuencas mineras son un terreno sin un gran puerto de montaña, pero a cambio están plagadas de subidas cortas y realmente duras, subidas explosivas que enlazan a la perfección y en las que se podría hacer una etapa durísima para los profesionales, al estilo de las clásicas etapas de la Itzulia.
Dos de esas subidas son La Teyera y el Picu Siana, las cuales incluí en la ruta de hoy, solo 70kms y unos 1300m de desnivel, pero de nuevo la lluvia me obligó a recortar la ruta.


Salgo de Oviedo rumbo a la cuenca del Nalón a través de la subida a San Esteban de las Cruces, a partir de ahí terreno cómodo hasta Sama y unos kms pestosos por el tráfico hasta llegar a Ciaño.
Allí me desvío hacia La Nueva y al llegar al Ecomuseo de Samuño, nuevo desvío y a por La Teyera. 


El primer km es llevadero, tiene alguna rampa dura pero los descansos son largos. Al poco llego a otro cruce, miro a izquierda y derecha, veo un rampón a la derecha, y por ahí me decido a ir. Al poco sale un chico de un cobertizo y le pregunto si voy bien y me dice que no, que es por el otro lado, así que me comí un rampón para nada, jajaja.


A partir del cruce la carretera se mete en una zona arbolada y la pendiente se mantiene por encima del doble dígito exceptuando algún descansillo puntual. Me lo tomo con mucha calma ya que el final de la subida es lo más duro y voy subiendo muy cómodo.


Llego a la zona culminante de la subida, la rampa de acceso a La Casona, 300m en los que la pendiente no baja del 15% y llega al 20%. Las piernas responden bien, y al no ser muy largo, paso la rampa con relativa solvencia.



Tras pasar la rampa la pendiente baja bastante y entro en una zona de toboganes con unas vistas del valle y más tarde del Aramo muy bonitas.



De las tres subidas hermanas que son El Carbayo, La Teyera y El Cabo, por números esta es la más dura, pero a mí me pareció más dura El Cabo, porque pese a no tener rampas tan duras, es mucho más continua y no da un segundo de respiro.


El plan inicial era bajar a Mieres y hacer un bucle por La Cabana para conocer la subida por la que iba a pasar la ya suspendida Vuelta a Asturias de este año, pero las nubes son muy amenazantes, así que decido ir directamente al Picu Siana, que hacia casi dos años que no subía allí.
El comienzo es duro, con rampas rondando el 10%.



Traspasar el pueblo de Siana hay un pequeño descanso y después hay que coger un desvío a la derecha, cambia el asfalto y la pendiente se pone realmente exigente de golpe, medio km a más del 15% de media me espera, atravesando una zona de herraduras espectacular.



Tras pasar ese medio km infernal, la pendiente se estabiliza en el 10%, con alguna rampa dura, pero también con algún descansillo.


Las sensaciones son muy buenas y disfruto mucho más que las otras veces que había subido aquí. Las vistas en la zona alta son magníficas y varios potrillos deambulan por la carretera.


Las antenas de la cima ya está ahí.



Desde arriba puedo disfrutar de estas vistas, aunque puedo ver la lluvia acercándose y ya me empiezan a caer algunas gotas.





Bajo hasta Mieres y nada más coger la general empieza a llover, no mucho, pero lo suficiente para mojarme y recordar la pingadura del sábado pasado. 
En mi cabeza resuena una canción mientras la lluvia cae por mi cara....

Llueve (oración impersonal). 
Llueve (oración impersonal). 
Llueve a este globero 
y nunca va a parar.


Todos los años hay alguna ruta en la que se tuerce todo y hay que tirar de épica, jajaja, y ayer fue ese día, con una ruta en la que nos habíamos planteado llegar a los 4000m de desnivel, cifra que no alcanzamos por poco pese a que el día se fue torciendo poco a poco.
Al final 197 kms y 3650m de desnivel, con las subidas a Loro, La Castañal, Mones, Ambasvías, Aristébano, Forcayao y Piedratecha.


Salimos a las 8:20 de Agones, con una temperatura bastante fresca rumbo a la primera subida del día. La grupeta la formamos, David, David, Eduardo, Javi, Pablo y yo.
La subida a Loro es suave, ideal para calentar, sin grandes rampas y con pendientes entre el 5-8%. La carretera es muy tranquila y sin mayor problema coronamos, aunque las nubes y la bruma nos impiden disfrutar de las magníficas vistas que se intuyen.


Bajada rápida hasta la carretera que sube a Mallecina, y al poco nos desviamos hacia la segunda ascensión del día, la subida a La Castañal. Los primeros kms son al 9-10%, pero con las fuerzas intactas se pasan bien.



Tras pasar unos 3,5kms de ascensión llegamos a la zona mas dura de la subida, con varias rampas por encima del doble dígito y en las que las vistas son preciosas.
En este puerto empiezan también las dificultades del día, el cuentakilómetros, que llevaba un tiempo dando guerra, me deja de funcionar, uniéndose así al chirrido que me hacía el pedal izquierdo cada vez que me ponía de pie y que tanto alegraba a los compañeros de ruta, jajaja.



David coronando la zona más dura de La Castañal, con medio km a más del 14% de media.


Tras unos kms de cresteo, comenzamos la bajada, primero con un km en obras que nos obliga a ir por sterrato, jajaja. Después el descenso es bastante pestoso, con repechos cada poco que rompen el ritmo.


Tras finalizar el descenso, llegamos a Artedo, allí nos despedimos de Eduardo que tiene que marcharse, un placer como siempre, y seguimos rumbo a Luiña por la general, con las Peñas del Viento al fondo.


Café rápido en Luiña, 5 minutos, ya que las paradas tenían que ser lo más cortas posibles y cogemos la carretera Luiña-Brieves, una de las más bonitas que hay en Asturias, tranquila, y en un entorno precioso.




Tras pasar Arcallana, comenzamos una nueva ascensión, Mones, 3-4kms al 5% aprox. Tras coronar se abre ante nosotros un valle precioso.



Descendemos rápidamente hacia Brieves donde David nos deja, tiene mucho cansancio acumulado de los días anteriores y está sufriendo demasiado, en cicloturismo, una retirada a tiempo siempre es una victoria. Un placer rodar contigo y a ver cuando repetimos.
En Brieves nos desviamos hacia el alto de Ambasvías, 12kms al 3%. Los primeros kms son los más duros y bonitos, en pleno monumento natural de las hoces del río Esva, pero la tupida vegetación hace que las fotos no reflejan la belleza del paraje.


Esta carretera debería de ser muy tranquila, pero en un pueblo algo más arriba se celebra una feria y sufrimos un tráfico intenso hasta llegar a un desvío



Tras cambiar de carretera entramos en un kms muy cómodos y vemos la cima al fondo.


A partir de aquí la subida se hace muy monótona ya que la vegetación tapa las vistas y solo tenemos ladera a la izquierda, arboles a la derecha y carretera al frente.



Las charlas amenizan la subida y al fin coronamos. Desde la cima las vistas son magníficas pese a lo feo que está el día.




Bajamos hasta Luarca a donde llegamos a las 14, vamos cumpliendo el horario previsto a rajatabla. Teníamos previsto media hora de parada que se alarga ya que David "desaparece" ya que ha ido a comprar un chubasquero y comida al super.


Casi a las 15 salimos de Luarca, con los estómagos llenos, dispuestos a afrontar una nueva ascensión, Aristébano, 15kms al 3%. Nuestra idea a partir de aquí era enlazar las subidas a Aristébano, Forcayao, Piedratecha y La Casa del Puerto como hicieron en la Vuelta a los Valles Mineros del 93, en la primera gran pájara de Miguel Indurain.


Al igual que en Ambasvías, los primeros kms son los más duros, aunque tampoco son gran cosa, 5-6% de medía, aún así se hacen duros en plena digestión.


Las vistas en los primeros kms son bonitas, preciosos valles y el mar a nuestra espalda.



Luego nos esperan 12kms al 2-3% terriblemente monótonos, con las vistas tapadas por la niebla y las nubes. Por momentos nos llueve, aunque poca cosa y tras unos kms que se hicieron bastante largos, por fin divisamos la cima.


Foto de rigor y para abajo.


Según comenzamos el descenso, las cuatro gotas que nos caían se convierten en un chaparrón que nos acompañará durante el descenso y el repecho previo que hay para llegar a Navelgas, donde comenzaremos la ascensión a Forcayao, también bajo un fuerte aguacero. Llueve tanto que hasta desaparece ese armónico ñic-ñic del pedal, jajaja.
Este puerto son 5kms al 5%, muy rectilíneo y con una carretera muy ancha, de nuevo un puerto muy monótono pero las sensaciones todavía son buenas.



Llegando a la  cima deja de llover, pero hace bastante frío, así que hacemos una rápida foto de grupo por turnos y para abajo.



Al cambiar de valle ya no nos llueve nada e incluso la carretera está empezando a secarse. Finalizamos la bajada y nos desviamos hacia el alto de Piedratecha. Justo al comienzo, David para un momento en un bar y cuando reanudamos la marcha las piernas está frías y duelen un montón, se nota que ya llevamos más de 3000m de desnivel acumulado.


Piedratecha es una subida cómoda, que alterna kms con algo de dureza con otros muy cómodos, aunque también es bastante monótono. En general todos estos puertos me defraudaron bastante, aunque puede ser debido al día tan malo que nos hizo en el que no pudimos disfrutar casi nada de las vistas.



Llegando a la cima nos comienza a caer un aguacero bastante potente y la temperatura desciende bastante, estamos a unos 8º, por lo que decidimos no hacer la subida final a La Casa del Puerto ya que en la cima está metida la niebla y ya vamos completamente calados.


Foto rapidísima en la cima y a bajar rápidamente hacia Tineo.


Nos quedan 40kms de terreno "cómodo", pero hace mucho frío y además estamos empapados así que se van a hacer duros.
Llegando al Crucero vemos que David está parado porque ha pinchado y comprobamos que tiene la cubierta trasera entera en los alambres, esos son detalles que hay que cuidar más, sobre todo a la hora de afrontar una ruta de estas características. Decidimos que se quede allí en un bar, que ya iré más tarde a buscarle en coche, y proseguimos la ruta hacia La Espina.
La bajada de La Espina es agónica por el frío, comienzan a darnos calambres en las manos y las piernas sufren por la temperatura tan baja que hace.
Llegamos a Salas, finalizamos la bajada y volvemos a pedalear y entrar un poco en calor, pero llegando a Cornellana empieza a llover de nuevo. Allí Javi comenta que podemos ir a Pravia por la carretera vieja, con mucho menos tráfico pero con bastantes repechos, pero al final decidimos ir por la general, mucho más cómoda, pero también mucho más peligrosa debido al tráfico, pero en ese momento solo pensaba en llegar al coche lo antes posible.
Camino a Pravia nos llueve con todas las ganas, en ese momento solo pienso en llegar a casa, ducharme y tomarme un colacao caliente, pero al pensar que todavía tengo que ir hasta Tineo me vengo abajo y sufro como un perro. Además, al ir sin cuentakilómetros ni siquiera puedo ir descontando kms, solo miro la rueda de Javi y Pablo y nada más. Por cierto, increíbles Javi y Pablo, que yendo sin cadena en ningún momento pusieron ninguna traba a esperarme y bajaban el ritmo cada vez que me descolgaba, sois unos cracks!!!
Por fin llegamos a Agones, los calcetines me pesan un kg por lo menos, jajaja, la agonía se acaba, sonrisa en la boca, ha sido un rutón y empezamos a rumiar la próxima ruta, si es que no tenemos remedio, jajaja.

Contentísimo por hacer una ruta así a estas alturas del año, aunque un poco triste porque la lluvia nos chafó ese 4000 que sabía que tenía en las piernas. Lo mejor de la ruta, como siempre, la compañía.