El día antes de marchar a Francia, había que coger fuerzas con una buena comida en el mesón Maragato en Busdongo, y para ello había que subir Pajares, y de paso acompañar a Pablo, que se ha liado también con el CIMA, a zurronear Pajares, así que ya había la excusa perfecta para volver a este magnífico puerto. Además acompañados de novias y amigos en coches, dandonos su apoyo constante, jojojo.


La subida a Pajares es muy irregular, con muchas zonas cómodas.


Y también zonas realmente duras en las que hay que apretar.


Pero como siempre, charlando los kms pasan volando.


Acercandonos a la cima, las rampas cada vez son más duras, pero las vistas son preciosas, con las Ubiñas en frente.


Pablo va sobradísimo.


Y yo necesito ayuda externa, jajaja.


Última rampa, al 17%, toca sufrir...


...y disfrutar.


Corona Pablo.


Y corono yo, con una rueda rozándome la vaina ya que se me había aflojado, vaya chepazos pegue en los últimos metros, jajaja.


Cada loco con su tema, jajaja.


Y bajada a Busdongo a comer embutido del bueno. Cicloturismo y fartucadas con la mejor compañía, ¿que más se puede pedir?


Y al día siguiente tomaría rumbo a Francia, con las pilas recargadas...
Hoy no voy a recuperar una crónica antigua, en vez de eso voy a reescribir de nuevo la ascensión a La Cubilla, el puerto más bello de Asturias, y el primer puerto grande que hice en mi vida.

Hasta ese día lo más duro que había hecho era subir el Cordal por Riosa, con sus 8.5kms al 6% y rutas de 70kms. No sabía como me responderian las piernas, el ordago era a grande...

Dejé el coche en Los Pontones, para evitar el tráfico de camiones que hay hasta esta localidad debido a las obras de los túneles del Ave, pero al ser sabado no hay ni un camión, por lo que bajo tranquilamente hasta Campomanes y allí doy media vuelta. Hasta Los Pontones el terreno es de falso llano y toboganes, sin mayor dificultad. Al llegar a los Pontones una rampa del 12% me recibe y ya se puede decir que comienza realmente el puerto. Un par de repechos duros y al pasar Telledo el valle se abre y deja unas vistas espectaculares.


Acostumbrado a subir puertos de 5 o 6 kms, 8 como muchísimo, cuando vi todo lo que me quedaba de ascensión, la carretera colgada tan arriba, me dió la risa floja y me di cuenta de donde me había metido, jajaja.


Antes de Rospaso se pasan unas herraduras preciosas.


Sigo hasta Tuiza, de momento voy bastante bien para los kms de ascensión que llevo y me encuentro una zona de praderas preciosa y otra zona de herraduras.





Llego a una zona más comoda y poco a poco me acerco al mirador, que me deja unas vistas del valle increíbles.


Y continuo poco a poco, empiezo a notar la fatiga, pero este puerto es totalmente diferente a los que subía habitualmente, esto es un puerto de verdad, longitud, dureza y unos paisajes arrebatadores. Me sigo acercando poco a poco a las revueltas de la zona final.


Me quedan unos 4 kms y ya voy totalmente fundido, así que toca sufrir mucho hasta el final, o eso creía, porque los últimos kms son una gozada, la carretera hace unos lazos a traves de unas praderas, con diversos balcones, entre un mar de montañas, un paisaje como el de los grandes colosos del Tour.
En ese momento me desapareció todo el cansancio, no había sitio para él, solo para disfrutar de la montaña, la bicicleta y la soledad.







Llego a la cima y ni me lo creo, he conseguido subir un puerto de 28kms, mi primer CIMA, cuando 5 meses antes me retorcía para subir El Naranco. Este fue el momento que me acabo de enganchar a la bici. Poder llegar allí arriba y disfrutar de todo el paisaje, ya sea desde la cima o durante la ascensión, es impagable.


Desde arriba las vistas a las praderas de Las Ubiñas son tremendas.




Y ya solo me queda bajar, pensando en cual será el próximo objetivo...
Aprovechando que había ido a pasar unos días de turisteo y playa por el occidente astur, con base en Navia, llevé la bici para rodar un poco por las mañanas, investigar un poco las carreteras de la zona, y de paso apuntarme el CIMA La Bobia, que está en esa zona.

El primer día salgo de Navia dirección Villayón, la carretera pica constantemente hacia arriba, sin grandes rampas y con algún descansillo, así hasta que cuando llevo unos 16 kms llego al cruce que me dirige a Oneta y sus cascadas, objetivo del día, para ver si puedo ver la cascada que se ve desde la carretera, pero la suerte no me acompaña, y esa cascada no lleva agua en estas fechas. El tiempo que lleva sin llover se nota bastante.


Desde el cruce hasta Oneta hay unos 5 kms de toboganes, con el asfalto en muy mal estado, pero las vistas merecen la pena.



Para bajar, investigo la carretera que se dirige a Villartorey y me encuentro una gozada de carretera, estrecha, con zonas con bastante pendiente, trazado bonito y paisajes preciosos, así que queda apuntada para la próxima vez que pase por aquí.



El segundo día es el elegido para zurronear La Bobia. Como no tenía mucho tiempo, hago un pequeño desplazamiento en coche hasta la base del puerto y allí comienzo directamente la subida, en frio, pero los primeros kms son tendidos, así que no tengo mayor dificultad.

El comienzo, con el puente sobre el embalse y la carretera pegada a la roca es precioso, pero el movil no me guarda las fotos, y no es el único disgusto que me dará hoy...

La pendiente va aumentando poco a poco y comienza a agarrar la carretera. El embalse queda cada vez más abajo.


La carretera atraviesa bosques y zonas más rocosas, todas ellas muy bonitas.



Y cuando llevo casi 9 kms de ascensión, abandono el corredor del Navia para desviarme rumbo a La Bobia.


Tras el cruce vienen 2kms y pico bastante duros, con varias herraduras. El bosque desaparece momentaneamente y las vistas son tremendas.






Tras acabar de subir por la ladera se llega a una zona de pastos casi llana, muy comoda para rodar.



Tras un par de kms así, la pendiente vuelve a aumentar un poco mientras atravieso un bosque y la niebla comienza a meterse.



Y llego al primer collado.


Tras él hay un km de bajada y otro par de kms que agarran algo, pero sin mayor dificultad.


Y llego a la zona final, que es un cresteo en falso llano, en el que no está muy claro donde está la cima, pero deja unas vistas tremendas.



Así que cuando empieza a picar para abajo la carretera, me doy la vuelta para hacerme una foto con la estación eléctrica que hay un poco más atras, pero veo que tengo el movil sin batería, así que me quedo sin foto en La Bobia, mi CIMA 40.

De todos modos, volveré a subir este puerto, por esta vertiente, y por sus otras vertientes, es duro, bonito y lo mejor de todo es la sensación de soledad que se tiene mientras se está por esa zona.



El último día tenia pensado ir al Alto de La Bobia, mismo nombre pero distinto puerto, este es un pequeño collado situado entre los concejos de Navia y Valdes. Así que salgo de Navia dirección Anleo por una carretera con toboganes, pero que pica principalmente hacia arriba, hace viento, pero nada muy exagerado, de momento...


Tras pasar Anleo, sigo unos 4 kms hasta llegar al cruce de la carretera que me lleve hasta el Alto de La Bobia, empieza duro, tiene un trazado bonito y deja buenas vistas.




Pero al salir de la zona boscosa, el viento es terrible, si da de lado, me cuesta mantener el equilibrio y si da de frente, casi no puedo avanzar. Además esta carretera es usada por los camiones que trabajan en la obra del tramo de Otur del Autovía del Cantábrico, así que tras llegar a Busmargali decido darme la vuelta y no jugarme el tipo, ya que el día no estaba para andar en bici. Se puede ver en el maiz la fuerza con la que soplaba el viento, que casi me tira estando parado...


Así que bajo hasta Navia con muchísimo cuidado, y doy por finalizado mi periplo occidental, pero ya tengo pensadas 2-3 rutas para realizar por esta zona entre septiembre y octubre, y es que el terreno da muchísimo juego.