Cerrando el 2015, abriendo el 2016

Se cierra un 2015 diferente a los años anteriores, menos tiempo para la bici, pero las mismas ganas de disfrutar de cada pedalada. Como despedida del año decidí acercarme a mi subida fetiche, Vega Bobies.


Salgo de casa al mediodía y me dirijo tranquilamente hacia Santa Eulalia de Morcín. Allí me desvío hacia la Vega, que ya es visible desde el inicio.




Me tomo la subida con mucha clama, ya que no estoy en buena forma. Así que decido ir disfrutando de cada rincón de esta bella subida.


Rampas duras para llegar a La Vara, que la humedad del suelo dificultan aún más.


Desde La Vara me lo tomo con mucha paciencia. El suelo está muy mojado y sucio y no me puedo poner de pie en casi ninguna parte. Aún así no sufro mucho y llego a la cima bastante entero. 
Como siempre, el premio al esfuerzo es disfrutar de unas vistas espectaculares.










Y cuando ya sólo quedaba bajar e ir tranquilamente a casa comienza la odisea. Primero casi caigo bajando de la Vega al derraparme la rueda trasera tres veces seguidas en una curva. Menos mal que iba a 15kms/h y pude controlar la bici.
Después pincho a la altura de Argame al pillar un cristal en el arcén. Posteriormente vuelvo a pinchar en La Manjoya con otro cristal.... y no me quedan cámaras de repuesto. No estoy muy lejos de casa, unos 4kms, pero un amable señor se ofrece a llevarme hasta casa. No creo que lea esto, pero desde aquí agradecerle de corazón el favor que me hizo.




Y para inaugurar el año que mejor que acercarse a los Lagos de Covadonga, mítica ascensión constantemente maltratada por Unipublic y sus recorridos.


Salgo de Soto de Cangas a media mañana y me tomo los kilómetros de falso llano que hay hasta Covadonga como perfecto calentamiento para la subida.


Como siempre, los primeros kilómetros se me atragantan. Pendientes al 9-10% y la carretera metida en el bosque sin mucho que ver.


Tras 3-4kms se sale del bosque, las vistas mejoran y mis sensaciones también.



Hay mucho tráfico, pero en los Lagos el ciclista siempre es respetado al máximo por lo que no se hace para nada incómodo.
Poco a poco me voy acercando a la Huesera, punto culminante de la subida a los Lagos.



Llego a la Huesera y me la tomo con una calma tremenda, no tengo muchas ganas de recalentar el motor, jaja. Pero que dura se hace de todos modos.



Al llegar al Mirador de la reina y culmino la fase más dura de la subida. Desde aquí quedan zonas muy duras, pero alternadas con descansos.
Desde el Mirador hasta la cima, la subida es espectacular, con unas vistas que quitan el hipo.







Cuanto más me acerco a la cima, mejor me encuentro y disfruto de cada momento y rincón.



Y llego al Lago Enol, que como siempre luce precioso. Ya sólo me queda acercarme al Lago Ercina y disfrutar de uno de los paisajes más bonitos de Asturias.






Esta vez no sufro ningún percance en la bajada, jaja, así que llego al coche sin mayor dificultad.

Los Lagos, un puertazo, duro y precioso, Para disfrutar si te lo permiten sus rampas.

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