Occidente indómito - 20 de Junio de 2015

La Marta es uno de los puertos de paso más duro de la península, y le debía una visita tras su reciente reasfaltado. Buscamos la manera de hacer una ruta circular lo más suave posible, y como pasa siempre en el occidente asturiano, esa ruta acumula 2650m de desnivel en tan solo 99kms, con las subidas a Brañúas, Chavadoira y Forcayao acompañando a La Marta.
Convenzo a Hugo para que me acompañe en esta pequeña locura, y así ve las bondades del occidente para el cicloturismo, jaja.





Salimos de Navelgas a media mañana, la temperatura ya ronda los 30º, y tenemos la esperanza de que en las zonas altas y abiertas el viento nos refresque.
Durante los primeros kilómetros vamos remontando el valle del río Navelgas, con algún repecho y falso llano.


El valle es bastante coqueto y avanzamos tranquilamente.



De golpe y porrazo la carretera se pone en un 8-9% y nos metemos de lleno en la ascensión a Brañúas, la primera dificultad del día.



El puerto va ganando altura por la ladera derecha a base de herraduras. Las pendientes rondan el 8-10% constantemente, y en las herraduras supera el doble dígito.




Vamos subiendo con calma para guardar todas las fuerzas que sean posibles y llegamos al pueblo de Burgazal, donde tras dos kilómetros y medio de dura ascensión, encontraremos un pequeño descanso.


Se nota que hemos ganado altura rápidamente y las vistas del valle son preciosas.



El segundo tramo de la subida es igual que el primero, con pendientes constantes en las rectas entre el 8-10%, y rampas por encima del 10% en las herraduras.




Tras la última herradura ya encaramos la recta final hacia la cima.



Parece que ya llegamos, pero la dureza de esta última recta hace que todavía tardemos un rato en llegar a la cima.


A la izquierda, podemos ver al fondo del valle el collado que precede a La Marta, y al que se puede acceder desde este valle por una pista de tierra.



Por fin coronamos y disfrutamos de las vistas de ambos valles. La subida a Brañuas ha sido muy divertida.





Comenzamos el descenso, los primeros tres kilómetros con bastante pendiente, como se puede ver en la foto.


Después tenemos una pequeña subida donde podemos ver la zona de Bustantigo al fondo.


Volvemos a terreno descendente, esta vez muy suave, con Lendequintana ante nosotros, tan cerca y a la vez tan lejos, y vistas lejanas de la zona de Penouta y la Bobia.



Este tramo va a media ladera y en un día soleado como el de hoy las vistas son abrumadoras.



Tras encontrarnos un molino es un pequeño recodo de la carretera, continuamos la bajada hasta llegar a Puente Polea, donde comienza la subida a La Marta.



Lo primero de todo, señalar que el reasfaltado ha quedado espectacular y que la bici desliza perfectamente, nada comparable a como estaba anteriormente.
Lo segundo, hay que señalar también que la bici deslizaría mejor si no tuviesemos 5kms entre el 8 y el 10% sin ningún descanso, jaja.



Ponemos un ritmo tranquilo, que queda mucho puerto y el sol calienta de lo lindo. Rápidamente ganamos altura y tenemos buenas vistas de los valles aledaños.




Por fin aparece Lendequintana, pero todavía está muy arriba.




La subida no da ninguna tregua, e incluso hay zonas donde la pendiente se va por encima del doble dígito.



Por fin llegamos a Lendequintana, donde tendremos un pequeño descanso. Y bien que nos viene porque los 35º que tenemos de temperatura nos está haciendo mucha mella.
La subida no tiene ni una sola fuente, y casi no nos queda agua, así que cuando vemos a una señora le pedimos que nos llene los botellines, y muy amablemente lo hace. Nos dio la vida, si no lo hace, no llegamos arriba, jaja.


Arrancamos otra vez y a la salida de Lendequintana tenemos un nuevo tramo duro antes de coronar definitivamente este primer tramo de subida.


Coronamos, pero vemos justo enfrente la siguiente zona de subida, la más dura, y no es una visión que dé muchos ánimos, jaja.


Tras una bajada vertiginosa llegamos a Puente Baradoira, donde nos refrescamos en un reguero.



Cruzamos el puente, y hala.... rampa al 16% para recibirnos. La pendiente baja posteriormente, pero casi todo el tiempo se mantiene por encima del doble dígito.


La bajada que hicimos anteriormente, con zonas que llegan al 20%.


Enfrente tenemos la vertiente de Brañúas que bajamos hace poco.



Coronamos este tramo y tras un pequeño descenso que nos sirve para coger aire, llegamos al pueblo de Bustantigo. Desde aquí hasta la cima del Alto de Bustantigo nos quedan todavía algo más de 3kms de subida al 9-10%, y que se harán muy duros pese a ver la cima al fondo.


En este tramo el calor es infernal, vemos los molinos moverse, pero en este valle tan angosto no entra una gota de aire y se convierte en un horno. Las conversaciones desaparecen e incluso dejamos de ir juntos. Aquí cada uno va como puede, ritmo de supervivencia, jaja.



Con muchísimo esfuerzo coronamos Bustantigo, menudo pepino de subida.


Nos quedamos cinco minutos en la cima de Bustantigo aprovechando que aquí si corre el aire y nos refrescamos.
A partir de aquí tenemos dos kilómetros de descenso, uno de subida al 7%, y el tramo que rodea todo el valle hasta la cima de La Marta.


Este último tramo es de los más bellos que se pueden hacer en bici por Asturias. Un valle profundo, vistas lejanas, la cima de La Marta enfrente y una carretera estrecha y con quitamiedos de piedra.



Las pendientes de esta zona son cómodas, poco más que un falso llano, pero el viento sopla muy fuerte de cara y nos castiga sin tener en cuenta las pocas fuerzas que nos quedaban.




Cambiamos de ladera tras un pequeño descenso y afrontamos los dos últimos kms de subida, al 6-7%, donde podemos ver toda la zona que hemos recorrido.







Coronamos La Marta con la sensación que llevamos toda la vida en esta subida, jaja. 2200m de desnivel en tan solo 56kms.


Las vistas de la otra vertiente también son espectaculares, con el Puerto del Palo a nuestra derecha.




Nos ponemos de nuevo en marcha rumbo al avituallamiento, 10kms de bajada hasta Pola de Allande. Este año no tengo nada de fondo y la bajada se convierte en un suplicio, me duele todo, el cuello, los brazos, los pies...
Llegamos a Pola de Allande y la temperatura es infernal. Buscamos una terraza a la sombra donde podamos comer unos pinchos y  tomar unos refrescos.
Tras el avituallamiento la vida se ve de otra manera, jaja, y afrontamos tras 30m la subida a Chavadoira, así es el occidente, ni un metro llano, jaja.
Nos esperan algo más de 4kms de subida muy constante, al 6% más o menos. Las zonas sombrías abundan en la subida y nos dan un poco de tregua.







Sin mayor novedad coronamos Chavadoira, esto ya está casi hecho.


Ahora tenemos un descenso atípico, con unos diez kilómetros de crestéo, y otros diez de descanso más pronunciado.




Las vistas son amplias, y a nuestra derecha podemos ver la zona de Bustellan, e incluso el Pico Aguión.



Finalizamos el descenso en Barzana de Monasterio, y comenzamos la subida a Forcayao, sin mayor dificultad por esta vertiente, con pendientes muy cómodas y un tramo intermedio casi llano.




Coronamos Forcayao y ya solo nos queda bajar a Navelgas. Una nueva visita al occidente y de nuevo salimos indemnes, más o menos, jaja.

Un placer como siempre compartir pedaladas con Hugo, al que se le nota que este año está andando con regularidad y que se marcó un rutón impresionante, a la espera del resultado del contranálisis, charrán, jaja.

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