Por los Lagos de Covadonga y Següenco - 13 de Enero de 2020

Más de un año sin visitar los Lagos de Covadonga es, sin duda, demasiado tiempo. Así que hasta allí nos acercamos a subirlos, y hacer de paso la ascensión a Següenco, en una ruta que acumuló 1750m de desnivel en tan sólo 59kms.


La Huesera




Salimos de Cangas de Onís sobre las 11 de la mañana. Aunque las previsiones para el mediodía dicen que va a hacer calor, a esta hora todavía hace mucho frío ya que ha caído una buena helada. Aún así decido ir de corto ya que prefiero pasar algo de frío al principio de la ruta y no cocerme durante las subidas.
Para calentar aprovecho el parking y doy unas vueltas haciendo el monguer, jaja.


Vamos hasta Covadonga a buen ritmo, pero aún así el frío es terrible. 
Comenzamos a subir a los Lagos, y como hay inversión térmica, en seguida cambia la temperatura. Esto, unido a que la subida comienza ya rondando el 10%, hace que entre en calor rápidamente.


Tras superar el duro comienzo hay un pequeño descanso. Se sale del bosque y el paisaje empieza a lucir. Las sensaciones son inmejorables. Hoy parece que va a ser un día para disfrutar a lo grande de la bici.




Para ser enero el sol calienta con ganas y hace que el paisaje, pese a que los árboles están sin hojas, luzca precioso.



La Huesera, la zona más dura de la subida. Aunque la paso muy bien siempre se hace muy dura.


Después de la Huesera, aunque la subida se ablanda, sigue siendo muy dura y la pendiente ronda el 11%. A la derecha se puede ver la Huesera en su totalidad.


Para llegar al Mirador de la Reína hay otra buena rampa que siempre cuesta superar.



En el Mirador hay que aprovechar el descanso y coger algo de aire. 
Si hasta aquí la subida es bonita, desde aquí a la cima es realmente espectacular. Una de las ascensiones más bonitas que se puede hacer en Asturias.


Empezamos a vislumbrar el mar tras las sierras costeras.




En esta zona la carretera es preciosa, con sus clásicos quitamiedos de piedra.


Se puede ver media Asturias desde la subida.


Al llegar al último descanso aparece justo ante nosotros, y de golpe, el macizo central de los Picos de Europa. 


Los últimos kilómetros de los Lagos son apoteósicos. Cada rincón tiene algo especial y las vistas abruman de los bellas que son.





Se acaba la subida y aparece el lago Enol. Siempre es un placer subir hasta aquí, y hoy con el día tan bueno que nos ha pillado, más todavía. El paraje luce de manera excepcional.




El tramo entre el lago Enol y el lago Ercina, aunque tiene un buen tramo al 6%, es ya únicamente de disfrute.




El lago Ercina también luce impresionante.




Bajamos de nuevo a Cangas de Onís, y tras comer un par de pinchos para reponer fuerzas nos vamos a subir a Següenco, ascensión que aún no conozco.
La subida es un sube-baja al pueblo de Següenco de unos 6kms al 8-9%. El desvío donde ocmienza la subida está situado a las afueras de Cangas de Onís.
El comienzo es el típico de muchas subidas de Asturias, con una carretera que serpentea por una ladera frondosa.


Nos metemos hacia un valle interior y los prados sustituyen al bosque.


A la izquierda vemos la carretera colgada. El desnivel que vamos a tener que salvar en esta vaguada es importante. Y es que la pendiente, salvo algún descanso puntual, se sitúa constantemente sobre el 8-9%.




Seún vamos ganando altura la subida es más bonita, y las vistas mejores. A la izquierda podemos ver los Montes del Sueve.


Delante nuestro aparece parte de la Sierra del Cuera y el resto de sierras costeras.


Y según damos la curva que veíamos antes arriba, aparecen ante nosotros, apoteósicos, los Picos de Europa.




El último kilómetro de la subida es engañoso, y se hace más largo y duro de lo que parece.





Cruzamos el pueblo hasta llegar al final de la carretera. Se convierte en una pista para BTT (#NoALaTroñadiella)


Bajamos de nuevo a Cangas de Onís para acabar la ruta. Por el camino visitamos la Iglesia de la Santa Cruz, datada en el año 737 y donde está enterrado el rey asturiano Favila.




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