La Cubilla - 24 de Junio de 2018

Una tarde de un domingo caluroso de junio sin mayor plan para salir en bici, recuerdo que en esta época anochece algo después de las 10 de la noche. Así que de calentón decido acercarme a Campomanes para hacer un sube-baja a La Cubilla. Hace 4 años que no voy y después de subirlo me ha quedado claro que ha sido demasiado tiempo.

Vistas del espectacular tramo final de La Cubilla




Salgo de Campomanes poco después de las 5 de la tarde. El calor es asfixiante y la temperatura supera ampliamente los 30º. Además después de esta primavera inexistente parece que agobia más todavía este calor.
Pero antes de dar ninguna pedalada lo primero es visitar el cartel que hay en el comienzo de la subida.


Los primeros 10kms de subida son muy cómodos. Un falso llano de aproximación, que como siempre ocurre en estos puertos, sirve de perfecto calentamiento.


Tras pasar los Pontones y los túneles del AVE, comienza el puerto en si. El bosque desaparece y el sol me castiga sin piedad. 
A mi espalda puedo ver el autopista del Huerna.


Los primeros kilómetros de subida son los más duros, con pendientes que rondan el 8-9%. Al fondo del valle se ve la carretera cortando la montaña. Queda aún mucho para llegar allí.



Según se va ganando altura va apareciendo el pico de la Mesa y sus picos adyacentes.



La subida es preciosa, pero llegando a Tuiza sólo voy pensando en que me van a dar los siete males del calor que hace, jaja.


Al pasar el cruce de Tuiza la montaña me empieza a dar sombra y vuelvo a respirar. He pasado un momento muy malo.


El bosque va dejando su sitio poco a poco a las praderas de alta montaña. La subida va ganando en vistosidad y espectacularidad.



Los últimos 5kms son puro gozo cicloturista. Cada rincón tiene algún detalle con el que disfrutar.






Llego por fin a las famosas zetas finales. Un tramo digno de cualquier coloso del Giro o el Tour.



Admás en este tramo las pendientes son más llevaderas, en torno al 5-6%. Eso si, en las piernas pesan los casi 25kms de subida que llevo ya.






Corono el puerto casi en éxtasis cicloturista. Las vistas que hay de las praderas de las Ubiñas son brutales.





Colonia de Mieres, el cartel lo deja claro, jaja.


Foto en el cartel, que lo han vuelto a colocar tras varios años sin el.



Y bajando toca deleitarse con las brutales vistas de lo ascendido con anterioridad.





Desciendo hasta Campomanes más que satisfecho de la visita a este coloso. Nunca una aburrida tarde de domingo había acabado siendo tan divertida.




1 comentario: