Por Grado y Belmonte - 23 de Septiembre de 2016

Aprovechando la visita de Joseba a Asturias, quedé con él el pasado viernes para realizar una ruta por la zona central asturiana. 2500m de desnivel en 115kms, con las subidas a La Degollada, La Mortera, La Corredoria y Las Cruces.






Salimos de Grado sobre las 9 y media de la mañana. Nos dirigimos a Peñaflor y nada más cruzar el puente empezamos la subida a la Degollada. El comienzo es demoledor, con rampas que superan el 15%.
Los dos primeros kilómetros son los más duros, con una media cercana al 13%. Pero como vamos frescos y charlando, pasan volando.


A mitad de la subida nos encontramos con un helicóptero de Bomberos de Asturias que está haciendo unas descargas, aunque no vemos ningún fuego ni zona quemada.


La subida va perdiendo dureza poco a poco y antes de darnos cuenta coronamos y estamos cresteando hacia la Reigada.


Volvemos a bajar hacia Grado y allí comenzamos a subir a La Mortera. Los tres primeros kilómetros son los más duros, con rampas que rondan el 8-10%.



Las sensaciones no son las mejores, pero de nuevo subimos charlando sin parar y antes de darnos cuenta hemos coronado esta segunda ascensión del día.


Bajamos hacia San Tirso, con bonitas vistas, hasta que enlazamos con la carretera general que sube hacia La Cabruñana.



Una vez en la general comenzamos a subir a la Cabruñana. Es la primera de las subidas que vamos a enlazar para llegar a La Corredoria. Este tramo es bastante soso. La carretera es muy ancha y monótona.


Coronamos La Cabruñana y paramos a comer un pincho en un bar del pueblo. Es el momento más duro del día, porque tragar el pincho fue todo un esfuerzo: qué seco estaba!!! jaja.


En La Cabruñana nos desviamos hacia la Ruta de la Escanda, y comenzaremos el eterno cresteo hasta La Corredoria.


Todo este tramo va alternando pendientes suaves, con alguna rampa dura y algún tobogán.



El día comienza a aclarar y parece que vamos a poder disfrutar de las espectaculares vistas de la subida.



Nos vamos acercando a Las Cruces y cada vez el paisaje es más bonito. Las cámaras de fotos comienzan a echar humo.







Tras algo más de 15 kms desde La Cabruñana, llegamos a Las Cruces. Desde aquí nos quedan unos 7kms para llegar a La Corredoria.


Si llegando a Las Cruces el paisaje era precioso, el trayecto que nos lleva hasta La Corredoria es de una belleza brutal.
Además las pendientes siguen siendo cómodas y nos permiten disfrutar del entorno.





Las pendientes son cómodas, pero por el camino nos encontramos un repecho de algo más de un kilómetro en el que la pendiente no baja del 10% en ningún momento.


Tras ese duro repecho, las pendientes vuelven a ser cómodas y las vistas, aunque parezca difícil, siguen mejorando. Este tramo es una verdadera maravilla.







Llegamos a Dolia. Desde aquí nos quedan unos dos kilómetros hasta la cima. Son cómodos aunque tendremos dos rampas duras, una de ellas cercana al 20%. Por suerte son cortas ambas.









Hacemos los dos últimos kilómetros completamente maravillados por el paisaje hasta llegar a las praderas que marcan el final de la ascensión a La Corredoria.





30kms y casi 1100m de desnivel acumulado. Al final, pese a tener pendientes cómodas, es un buen pepino esta vertiente de La Corredoria.




Comenzamos a bajar hacia Belmonte por la vertiente de Ondes y las vistas que tenemos ante nosotros también son espectaculares.




Finalizamos la bajada y en Belmonte aprovechamos para parar a comer un pincho. Esta vez es mucho mejor que el que comimos en Cabruñana y entra solo, jaja.
Con los depósitos recargados comenzamos la última ascensión del día: Las Cruces.


Esta vertiente es corta, sólo 5kms, pero muy dura. Los primeros 3kms apenas bajan del 10%.


La subida es muy abierta, y las vistas y los barrancos son espectaculares.






Pese a que el sol aprieta, las sensaciones son buenas y parece que ya está todo el trabajo hecho.




Al entrar en el bosque la pendiente disminuye. A pesar de ésto y de estar más frescos, hago catacrack y me empiezo a encontrar fatal, jaja.





Por suerte Joseba me va dando palique y antes de darnos cuenta hemos coronado esta preciosa vertiente de Las Cruces.



Ya sólo nos queda dejarnos caer hasta Grado. Ha sido una gran ruta, pero como siempre digo, jaja, lo mejor es la compañía. Un verdadero placer compartir pedaladas con un crack como Joseba.

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