Entre Cangas del Narcea y Allande - 4 de Mayo de 2021

Nueva visita al occidente asturiano, ese paraíso de puertos ideal para la práctica del cicloturismo de montaña. Y pese a que cada poco visito la zona para hacer rutas aún me quedan subidas por conocer. Un par de estas subidas que todavía no había hecho, Santa Arbás y el Santuario del Acebo por Las Tiendas, las incluí en esta ruta, en las que acumulé más de 2400m de desnivel en tan sólo 84kms.

Herraduras al comienzo de la subida al Acebo



Salgo de Cangas a media mañana. Nada más salir de Cangas comienza la primera dificultad del día, la subida a Santa Arbás.


La ascensión comienza con rampas ya bastante duras, por encima del 10%. Esto hace que ganemos altura rápidamente por la ladera.


Aunque la subida es bastante dura de vez en cuando hay algún descansillo que permite que se vaya subiendo bien.


Se ve pronto Cangas abajo. Y en el otro lado del valle se ve El Acebo, objetivo final del día.




No conocía esta asensión, y pese a ser dura, es bonita y agradable de subir.



Voy cruzando algún pueblo, con alguna construcción antigua e interesante. 



En el último kilómetro y media de subida la pendiente vuelve a aumentar y ronda el 9-10%.





Esta zona alta es muy abierta y las vistas son muy amplias.




Corono Santarbás. Un puerto muy guapo y recomendable.


Comeinzo "la bajada", porque no es una bajada al uso, ya que en los primeros kilómetros me voy encontrando algún tramo ascendente.





No pasa un coche y la sensación de soledad es tremenda. Por el camino veo un par de antiguos molinos.


Llego a Trones. El pueblo está situado en un pequeño alto con la sierra del Palo al fondo.




En Trones me desvío a la izquierda, hacia Besullo, y el asfalto pasa de ser perfecto a estar en un estado lamentable.




El paisaje es precioso, pero está destrozado por los incendios. El asfalto está muy mal y tengo que bajar muy despacio. Tras varios kilómetros de continuo traqueteo estoy ya hasta las narices.


En Irrondo de Besullo el asfalto mejora, pero me encuentro un tramo de bajada muy estrecho y con unas rampas y unas herraduras que meten miedo.




Acabo la bajada cruzando un angosto puente y tras una pequeña subida llego a Besullo, pueblo que en su día fue la mayor colonia protestante de Asturias.


Poco después de pasar Besullo me desvío hacia Iboyo. El asfalto mejora por fin. Voy por un valle estrecho con pendientes suaves.


Tras cruzar un pequeño puente entro en el concejo de Allande y comienza la subida. La pendiente se sitúa en torno al 9%.



El valle es precioso y los árboles están recubiertos de líquenes. La sensación de soledad sigue siendo enorme.




A la izquierda ya veo Comba. Aquí la pendiente me da un ligero descanso.



En Comba la pendiente se vuelve a endurecer y pasa a superar, en algunos momentos ampliamente, el 10%. Al salir del pueblo me encuentro un burro en mitad de la carretera y el lazo que lleva funciona a modo de barrera, por lo que tengo que desmontar y pasar por un lado.


El valle es precioso y pese a la pendiente estoy disfrutando un montón de la subida.




A la derecha ya se ve Iboyo. Del pueblo a la cima queda aproximadamente un kilómetro de subida.


El valle que voy dejando a mis espaldas es precioso.





Corono Iboyo dejando a la izquierda la sierra del Palo.


Las vistas de la otra vertiente son amplísimas, viéndose Tinéo, Peña Manteca y la Fana de Genestaza entre otras cosas.



La bajada, excepto los dos primeros kilómetros, es muy suave y con algún tobogán. Voy cruzando algún pueblo con los buitres sobrevolando la carretera en varios sitios.



El paisaje sigue siendo precioso, y eso que la primavera por estas zonas un poco más altas todavía no ha acabado de llegar y hay algunos árboles sin hojas.


Finalizo la bajada y comienzo la subida al Otero. Es un repecho de sólo un kilómetro, pero con rampas que alcanzan el 20%.


Después voy descendiendo suavemente rumbo al Puente de Selce donde comienza la subida a Santana.


La subida a Santana es muy cómoda, con 4kms al 5% y otros 4kms al 3%. El problema es que el asfalto se ha deteriorado mucho y está muy rugoso, por lo que es muy incómodo avanzar.




La primera parte de la subida es más cerrada, pero la segunda, la más suave, es muy abierta y deja buenas vistas del valle y de la Sierra del Palo.







El final, pese a ser muy tendido, se me hace largo, y al llegar al pueblo de Santa Ana, donde está la cima del puerto, me llevo una alegría.



En la bajada tengo buenas vistas de Cangas y El Acebo, pero apenas puedo disfrutar de ellas porque el asfalto está muy roto y tengo que extremar la precaución durante la bajada.


Llego a Cangas un poco quemado por todo el asfalto en mal estado que me he comido durante la ruta.


En Cangas me desvío hacia la vertiente del Acebo que voy a subir. Pero antes tengo que remontar unos 10kms de valle. Primero unos 5 por el valle que lleva a Leitariegos y luego otros 5 rumbo a Carballo, donde comienza la vertiente de Las Tiendas.



Por fin veo Carballo al fondo, ya tengo ganas de dejar el valle y comenzar la subida. Remontar los valles siempre me acaba aburriendo y prefiero "la acción" del puerto.




Veo el cartel con la altimetría y puedo decir que ya estoy avisado, me espera un buen pepino.



Comienzo a subir y la pendiente ya supera el 10%. Lo hará en todo momento excepto durante descansos puntuales.


La subida es espectacular y va ganando altura a base de herraduras, pero de manera muy natural, siguiendo perfectamente la forma de la ladera.



Pese a que el sol me está achicharrando, el asfalto perfecto y lo bonito del trazado y el paisaje hacen que esté disfrutando como un enano de la subida.


Rápidamente queda Carballo muy abajo.



En la ladera de enfrente se puede ver la subida a Siero, una de esas cosas inexplicables del CIMA.



La subida tiene carteles informativos en todos los kilómetros, pero casi valía más que no los hubiera, jaja.




Tras unos 3kms de subida se lelga a Las Tiendas y allí la subida se endurece más...perdón, aún más. Las rampas ahora pasan a ser tremendas. A la salida del pueblo ya hay un rampón que ronda el 20%.


Y tras un liego descenso la pendiente se sitúa en torno al 12-13% durante un buen rato.






Los últimos 600-700m son infernales. A simple vista no parece que haya mucha pendiente pero sin embargo no baja del 14% en ningún momento. Por números me recordó al final de Vega Bobies o de Pelliceira. Poca broma.
Además el calor y las horas de ruta empiezan a hacerme mella y me empiezan a dar amagos de calambres, así que tengo que ir haciendo malabarismos para evitar que me de un calambre fuerte y me caiga redondo, jaja.


En el cruce con la vertiente de Las Cuadriellas la pendiente disminuye hasta quedarse en un suave 5-6% con algún tramo llano.


La zona alta es un mirador espectacular de todos los valle y montañas de la comarca.


Ya creía que lo tenía hecho, pero me encuentro con que el arreglo que han hecho para la Vuelta a Asturias ha sido la guarrada de echar gravilla a saco, por lo que voy haciendo equilibrios por un tramo de sterrato.





Por fin veo la antena de la cima al fondo y vuelve el asfalto a la carretera. Me queda un kilómetro y poco llano para llegar a la cima, por lo que ahora si que lo tengo hecho.




Pese a todos los inconvenientes corono encantado y las penurias en forma de asfalto en mal estado y calambres pasan a un segundo plano. El dolor es pasajero y la gloría es eterna, o algo así, jaja.



Desciendo tranquilamente hasta Cangas pensando que habrá que volver pronto a conocer la vertiente de Las Cuadriellas, que tenía una pinta tremenda.


2 comentarios:

  1. Hacía tiempo que no disfrutaba de una entrada tan detallada.

    La parte central con Otero y Santa Ana la tengo hecha en 2016 en una circular con Connio, Pozo y Palo. En aquella entrada puse coches=5, motos=1, y fueron 155km. Para perderse sin ver a nadie no hay mejor sitio, desde luego.

    A ver cuándo preparamos una gorda por ahí, que de esas diez mil subidas al Acebo solo conozco dos o tres.

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    1. Se nota mucho que parte de la ruta era inédita para mí, por lo que hay más cosas que contar.
      Octubre es una buena época para hacer un rutón de esos. Los días aún son largos y no hace el calor ni está el paisaje tan seco como por el verano.
      Todavía tengo pendientes al menos dos vertientes del Acebo, así que algo sacaremos, aunque ya te digo que está de Las Tiendas es la que más me ha gustado.

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