Los Picos de Europa son esa maravilla de montañas que comparten Asturias, Cantabria y Castilla y León. Esta vez toco rodar al sur y al oeste de los macizos, por la provincia de León en su inmensa mayoría, y deleitarse con unos de los mejores paisajes que se pueden disfrutar por esta zona practicando el cicloturismo.
140kms y 2400m de desnivel con los puertos de Panderrueda, Pandetrave y El Pontón.
Postureo en Pandetrave |
Salimos del parking del área recreativa de Santillán sobre las 10 de la mañana. El día está algo nublado y más fresco de lo que decían las previsiones. Aunque está algo frío para mí la previsión es perfecta.
Vamos remontando tranquilamente el precioso valle del Sella. Ganar altura por los valles siempre me aburre pero este valle, con el Desfiladero de los Beyos, es tan espectacular que cada pedalada es un placer.
Llegamos a Puente Vidosa. La Cascada del Aguasaliu no lleva mucho agua.
El desfiladero es cada vez más angosto y las paredes que tenemos a cada lado son cada vez más altas. No pasa ni un coche por lo que no puede ser mejor.
De golpe el valle se abre y la pendiente pasa de ser un falso llano a situarse en torno al 6-7%. Comenzamos la subida al Pontón-Panderrueda y nos da pena salir del desfiladero.
Hasta Oseja de Sajambre tenemos los kilómetros más duros y sosos de la subida. La pendiente ronda el 6-7% y el hayedo aparece y desaparece por momentos.
El cielo parece que se va despejando pero la temperatura sigue siendo bastante fresca.
Pasamos Oseja de Sajambre y nos metemos en un tramo de la subida muy vistoso. La carretera está excavada en la roca, a media ladera, en un espectacular desfiladero.
Entramos ahora en una zona de praderas, donde abundan principalmente los robles. Las pendientes ahora son muy suaves, en torno al 3-4%.
El Pontón es una auténtica maravilla y cada curva nos lleva a un rincón aún más precioso. Además todo luce espectacular con un verde primaveral que por momentos deslumbra.
Llegamos a la ladera del fondo del valle y la carretera empieza a serpentear por ella. Ahora vamos atravesando un precioso hayedo. Este puerto tiene de todo, y todo bonito.
En la zona alta hay algún mirador desde el que las vistas dejan sin palabras.
Coronamos El Pontón maravillados.... y lo que nos queda todavía.
Descendemos 500m y nos desviamos a la izquierda hacia Panderrueda. Se nota que estamos en una cara sur porque el paisaje ha cambiado, pero aún así sigue siendo precioso.
Hasta Panderrueda hay unos 4kms. 3kms son al 5-6% y el último de falso llano.
La llegada a la cima de Panderrueda es espectacular, con los Picos de Europa surgiendo poco a poco delante nuestro.
La bajada a Posada de Valdeón es preciosa, aunque los primeros 3kms tienen un asfalto deplorable. Hace bastante frío, pero de todos modos la bajada es disfrutona ya que las vistas son brutales.
Llegamos a Posada y tras coger agua en una fuente comenzamos directamente a subir a Pandetrave. Nos esperan unos 11kms al 6% de media.
El primer kilómetro y medio es durísimo. Se gana altura a base de rampones que rondan el 20%.
Lo bueno es que las vistas son espectaculares y uno se olvida del dolor de piernas.
Con este paisaje casi pasamos de vueltas el posturómetro, jaja.
Después de los rampones la pendiente se estabiliza en un agradable 5-6%. El paisaje alterna praderas con zonas de un bosque que impresiona de lo espeso que es.
Sigue haciendo frío, pero para mí mejor porque el calor me deja aplatanado y así puedo disfrutar del paisaje.
Al igual que en El Pontón, el verde es tan brillante que deslumbra.
No hay palabras para describir la belleza del paisaje que tenemos ante nosotros.
Coronamos Pandetrave con 2000m de desnivel acumulado en sólo 60kms.
Bajamos a Portillo de la reina, donde paramos a comer un bocadillo. El frío durante la bajada es intenso y se agradece que la terraza en la que comemos esté resguardada del viento.
Con el estómago lleno continuamos la ruta bordeando el embalse de Riaño. Se cargaron el valle pero cuando está lleno deja alguna estampa espectacular.
Comenzamos a subir la vertiente sur del Pontón. Por aquí es poco más que un falso llano, pero el viento frontal nos castiga sin piedad y cuesta horrores avanzar.
Las rectas son kilométricas y el aire se encañona por el valle castigando todavía más fuerte. Voy poco a poco perdiendo velocidad y pese a ser el puerto más suave del día voy sufriendo lo indecible.
Cuando veo el cruce de Panderrueda y ya sé que sólo me quedan 500m al 5% veo el cielo abierto.
Como es el ciclismo, al final el puerto más suave ha sido, con diferencia, el que se ha hecho más duro.
Nos quedan unos 35kms de descenso y terreno favorable, que aún así se hacen duros ya que nos comemos un viento de cara tremendo.
Llegamos al coche y como siempre todo se olvida. La ruta ha sido tremenda ya que hay pocos sitios donde haya un terreno más bonito para practicar el cicloturismo.
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