Santuario del Acebo y Bruelles: encerronas del occidente asturiano - 24 de Febrero de 2020

De nuevo al occidente asturiano. Infinidad de puertos de los que todavía me quedan unos cuantos por conocer. Esta vez le tocó el turno al Santuario del Acebo por Porley y Bruelles por Onón. Un puerto larguísimo y durísimo y el otro una encerrona espectacular.
En total la ruta fue de 80kms y 2000m de desnivel.


Bajada de Llamas de Mouro a Tuña



Salimos de Soto de la barca poco antes de las 10 de la mañana. La temperatura es muy baja pero ya se ve que en cuanto salgamos del fondo del valle el sol nos va a castigar con dureza.
Tras algo menos de 15kms de falso llano remontando el corredor del Narcea, nos desviamos a la izquierda y comenzamos a subir a Villadestre.
No conocía ni tenía ninguna referencia de esta subida, y es una ascensión bastante seria. Los primeros dos kilómetros son demoledores, con una media superior al 10% y rampas que superan el 15%.
Pese a que en las laderas todavía perdura la helada de la noche anterior, la dureza de las rampas hace que el cuerpo entre en calor rápidamente.



Según vamos ganando altura, el valle se va ensanchando y las vistas comienzan a ser amplias.





Llegamos a una cresta donde se corona el alto de Villadestre. Al fondo ya se ve el Acebo, principal objetivo del día.


Estos kilómetros de crestéo son muy visuales. Además el día está inmejorable, con la atmósfera muy limpia.




Vamos superando algunos toboganes, siempre con el Acebo marcándonos el camino al fondo.




Llegamos a Porley, donde nos desviaremos hacia el Acebo. Tras un pequeño descenso comienza la subida, que es muy irregular. Encontraremos kilómetros muy duros, algún tramo con rampas por encima del 20% y otras zonas más suaves ideales para coger algo de aire.


Tras 6kms de irregular y dura subida llegamos a Vegalapiedra, donde confluyen varias de las vertientes del Acebo, para hacer los últimos 3kms clásicos del Acebo, con pendientes que rondan el 8-10%.


Este último tramo es muy abierto. Tenemos suerte que el viento no sopla con fuerza, algo habitual aquí, y podemos disfrutar de las vistas de la Sierra de Tinéo, la Sierra del Palo y el Cueto D'Arbás.





Coronamos el Santuario del Acebo con 1400m de desnivel acumulado en tan sólo 38kms de ruta.


Las vistas desde la cima, como siempre, son excepcionales.



A la vuelta teníamos pensado subir al alto de Bruelles. No teníamos muy claro por que vertiente hacerlo y al final decidimos ascender por la vertiente de Onón.
Hasta empezar la subida tenemos 3-4kms de suave falso llano por un valle precioso.




Llegamos al desvío a Bruelles, que es donde empieza la subida propiamente dicha. ¿Sólo 2kms y la primera rampa ya se acerca al 20%? Esto pinta a encerrona de las buenas...


...y lo es. El primer kilómetro y medio tiene una media del 15% y rampas que superan el 20%. Esto unido a que es mediodía y voy algo apajarado al tener hambre hace que sufra como hacía mucho tiempo en una subida. Por momentos voy buscando un pequeño hueco en el lado de la carretera para poder parar a descansar, jaja.
Con muchísimo sufrimiento consigo llegar a Tandes. Cruzando el pueblo hay algún descanso y se puede coger algo de aire. 


Tras pasar el pueblo parece que la subida se va a suavizar...pero no. Sigue siendo dura, aunque no tanto, y la pendiente no baja del 10%. Las vistas son espectaculares, aunque cuesta levantar la cabeza del manillar para disfrutarlas.





Tras algo menos de 3kms de infernal subida se llega a Bruelles, y se acaba por fin la madre de todas las encerronas, jaja.


Antes de comenzar a bajar tenemos un kilómetro llano para llegar a Llamas del Mouro. Podemos ver al fondo la sierra de Peña Manteca.


A la salida del pueblo se encuentra el Palacio de Llamas del Mouro, datado en el siglo XVI.


Comenzamos a bajar hacia Tuña. La bajada es preciosa y el valle es impresionante. 
Pero tiene dos cosas que estropean esta vertiente. El asfalto está destruido. Hay curvas llegando a Tuña que son prácticamente sterrato, y el pinar que había en la zona alta fue destruido por un incendio forestal dejando el paisaje que da pena verlo.



Tras una bajada infernal llegamos a Tuña, pueblo natal del General Riego.


Y sin más novedad llegamos a Soto de la barca. Como siempre, el occidente asturiano no defrauda.



3 comentarios: