Cicloturismo por la costa de Bizkaia - 23 de Junio de 2019

La bicicleta es un método magnífico para ir a conocer sitios. Gracias a ella he tenido la excusa perfecta para recorrer casi toda la costa de Bizkaia, y con Joseba ejerciendo de guía, conocer hasta el último detalle de los lugares que visitamos. Un gran día de bicicleta, en el que además nos salieron unos números de 185kms y 4000m de desnivel.


San Juan de Gaztelugatxe


Salimos sobre las 8:20 de la mañana de la playa de La Arena, en Muskiz. Las previsones para el día son buenas, aunque de momento está nublado y sin viento. Para mí son las condiciones perfectas, y más para afrontar una ruta de este tipo.


Según arrancamos ya afrontamos la ascensión a La Cuesta, primera del día, y que sirve para calentar las piernas.
Llegamos a Santurce y comenzamos la subida a Serantes. Nos desviamos por una senda de un parque para evitar cruzar el casco urbano. En este "atajo" nos comemos buenas rampas cercanas al 20%.


Salimos a la carretera principal. El piso es hormigón liso en un estado perfecto, mejor que muchos asfaltos.
Las vistas del Puerto de Bilbao, la Ría y el Gran Bilbao son espectaculares.




Además de las vistas, la subida tiene un trazado precioso con varias herraduras. Me está encantando esta subida. 
Nos cruzamos con infinidad de gente caminando, corriendo o en bici. Nunca dejará de sorprenderme la cantidad de gente que hace deporte en Euskadi.
Por otro lado me sorprende negativamente la gran cantidad de bicis eléctricas que hay. Igual estoy muy anticuado, pero no le acabo de ver la gracia a llevar un motor en la bici.



Ya vemos al fondo la antena que corona la cima. La subida, tras el atajo inicial, tiene pendientes muy cómodas, en torno al 5-6%.



Según ganamos altura vamos teniendo cada vez mejores vistas.





Pasamos al lado de un antiguo fuerte. Veremos muchos a lo largo del día. Joseba me comenta que fueron construidos para defender la costa tras el "Desastre del 98"


El tramo final vuelve a ser muy duro, con rampas que superan el doble dígito. 
Desde la cima, pese a que la luz estropea las fotos, las vistas de la costa y de los Montes de Triano son espectaculares.




Al otro lado vemos el Superpuerto de Bilbao y el Gran Bilbao.



Bajamos hasta la Ría, que cruzaremos por el Puente de Bizkaia, coetáneo e inspirado en la obra de Gustave Eiffel.




Seguimos avanzando por el margen de la Ría hasta llegar al puerto de Algorta.


Tenemos que cruzar el antiguo poblado del puerto andando, pero merece la pena visitarlo con sus construcciones tradicionales.




Tras salir del puerto llegamos a un alto donde tenemos unas vistas espectaculares del Acantilado blanco. Hacia allí nos dirigimos.



La zona alta del acantilado la recorre un bidegorri que pasa al lado del Fuerte de La Galea.


Seguimos por una senda costera que recorre los acantilados hasta llegar a la playa de Gorrondatxe, a la que bajamos.


Para salir de la playa tenemos el típico repecho playero con rampas de más del 20%.




Seguimos por la senda costera hasta llegar a las playas de Barinatxe y Atxabiribil. Todo este tramo es precioso y muestra la belleza salvaje de la Costa Cantábrica.




Salimos de la costa y vamos a hacer un pequeño bucle para ir a ver el Castillo de Butrón.
Sólo hemos hecho un puerto y ya llevamos un desnivel importante. También nos damos cuenta de que con tanta parada vamos lentísimos y no nos va a dar tiempo a llegar de día. Esto nos hará más tarde tener que recortar ligeramente la ruta. Pero bueno, a eso he venido, a conocer la zona, y si se va más despacio no tiene importancia.



Tras unos kilómetros en los que el llano, para variar, brilla por su ausencia, llegamos al Castillo de Butrón.



Volvemos a la costa por el Alto de Barrika y llegamos a la playa de Muriola, famosa por haber sido usada para una escena de Juego de tronos.



Para salir de la playa tenemos sterrato. Este está en un estado magnífico, no como el infame Trobaniello.


Llegamos a Plentzia. El pueblo y la playa son preciosos y ambos están a rebosar.



Al salir de la playa hacemos un sube-baja al Faro de Billano. La subida, en torno al 7-8%, se desarrolla entre verdes praderas que por momentos recuerdan a las Highlands escocesas.






El último kilómetro de subida, ya metidos sobre el acantilado, es espectacular, con vistas excepcionales de la costa.




Volvemos a bajar la playa y nada más llegar a ella comenzamos la subida a Fano. Menuda encerrona es esta subida, con rampas que rondan el 25% en su inicio.
Atravesamos un encinar precioso, uno de los pocos que hay en la cornisa cantábrica.



Como ocurre en todas las subidas, las vistas desde la cima de Fano son preciosas.


Desde Fano bajamos a Armintza, a visitar su antiguo puerto.



Toca ahora afrontar al subida a Jata, que son tres subidas enlazadas al borde de la costa. Carretera ancha y pendientes moderadas. Quizás sea la subida menos interesante del día.


Por el camino pasamos por al lado de la Central nuclear de Lemoiz. Da bastante mal rollo ver este mamotreto abandonado, digno de un paisaje apocalíptico. Menos mal que no llego a entrar en funcionamiento.



Llegamos a la cima de Jata. Al fondo se ve de San Juan de Gaztelugatxe y el cabo Matxitxako.


Bajamos a Bakio, donde comemos un bocadillo de tortilla que entra solo.


Salimos de Bakio y comenzamos a subir San Pelaio para ir a San Juan de Gaztelugatxe. Subimos por los acantilados.



La subida a san Pelaio por los acantilados no es más que tres rampas enlazadas...pero vaya tres rampas! En todas se ronda o supera el 20%.



A mitad de la última rampa aparece a nuestra izquierda la capilla de San Juan de Gaztelugatxe.



Coronamos San Pelaio y llegamos al mirador de San Juan de Gaztelugatxe. El paraje es precioso, y está lleno de turistas. Desde que apareció en Juego de tronos la afluencia de visitantes es enorme.
Debido a esto y a que la carretera está en muy mal estado decidimos no bajar. Además el tiempo ya está empezando a ser escaso y no vemos muy claro que vayamos a llegar de día.





Salimos de San Pelaio por la carretera vieja, que han convertido en una pista de tierra en perfecto estado.


Bajamos a Bermeo, de nuevo al puerto, famoso por su flota atunera.


Decidimos recortar una subida para llegar de día al final de la ruta. Cruzamos Bermeo en busca del inicio de Sollube. Por el camino vemos edificios curiosos como este, creo que del estilo art-deco.


La subida a Sollube no es la del clásico puerto de la Itzulia, si no que es la subida a las antenas, por las típicas encerronas de la zona.
La subida comienza dura, con rampas en torno al 8-10%, y esto es sólo el aperitivo.



Tras dos kilómetros de subida comienza la zona más dura de la subida. Tenemos un tramo de algo más de un kilómetro que es durísimo, con una media superior al 15-16%!



Este tramo tan duro se hace largo. Menos mal que justo después hay un descanso.



Los últimos 4kms de subida van aumentando su dureza progresivamente: 6%, 7%, 8% y 9%.


En el último kilómetro sale el sol y nos tuesta de lo lindo. La subida se abre y las vistas, de nuevo, son espectaculares.


Una grata sorpresa y un verdadero pepino esta subida a Sollube.





Bajamos hacia Gamiz y Fika, donde vemos esta curiosa cabina telefónica, algo raro de ver.


Comenzamos a subir a Urrusti. La subida sólo tiene 1,5kms de longitus, pero su media será del 14-15%. Menudos muros hay por esta zona!



La temperatura es fresca y solvento la subida todo lo bien que se puede hacer una subida de estas con más de 3000m acumulados en las piernas.


Para ganar algo más de tiempo quitamos la subida al Vivero, que ya conozco, y entramos a Bilbao por el valle del Txorierri y la subida de Enekuri. A Enekuri se sube por un autovia y el respeto de los conductores es total.
Cruzamos Bilbao por el bidegorri y nos dirigimos hacia Barakaldo para comenzar al subida al Argalario.


El comienzo de la subida es bestial, con casi 2kms por encima del 10%.


Después de un amplio descanso nos restan 5kms a casi el 8% para coronar. Estos kilómetros se hacen eternos ya que voy medio apajarado y me cuesta horrores subir las pulsaciones. Como un par de geles y más o menos voy pedaleando hasta coronar.



La cima del Argalario es preciosa, con enormes praderas y de nuevo, como al principio de la ruta, unas vistas tremendas del Gran Bilbao.








Bajamos hacia Muskiz por otra vertiente preciosa que atraviesa las montañas de hierro. Joseba, como a lo largo de toda la ruta, me va contando infinidad de historias y curiosidades sobre la zona.
Acabamos la bajado con las últimas luces del ocaso, y los últimos kilómetros por el bidegorri de Muskiz los hacemos sin ver un carajo.

Finalizamos la ruta reventados, pero más que satisfechos. Un verdero lujo poder compartir pedaladas con Joseba, que ejerció magníficamente de guía. Una gran ruta, de las mejores y más bonitas que he hecho.



2 comentarios:

  1. Brutal la crónica. Hasta me he emocionado. Lástima que tuviera varios momentos de búsqueda interior, jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias! La ruta se merecía una crónica hecha con cariño.
      Y además de preciosa, fue dura de narices. 4000m acumulados y el puerto más largo que subios fue de 8kms, jajaja

      Eliminar