Tostada en la Cruz de Linares - 9 de Junio de 2022

¿Qué decir ya a estas alturas de la Cruz de Linares que no se haya dicho ya? Uno de los puertos más bonitos del centro de Asturias, y pese a que no es muy largo, posee unas pendientes que le confieren una gran dureza.
Visitarlo siempre es un placer, y más en primavera, con la naturaleza en plena explosión de vida.

El frondoso valle del Trubia


Salgo de Oviedo a media mañana con mucho sol, pero con una temperatura muy agradable que ronda los 20º. Voy hasta Trubia por la senda verde y posteriormente remonto tranquilamente el valle del Trubia hasta llegar al inicio de la subida, que comparte su primer kilómetro con la ascensión a Banduxu.




El primer kilómetro, con pendientes que ronda siempre e 12-13%, transcurre por un angosto desfiladero. Han arreglado el asfalto de este tramo, que estaba muy deteriorado.


Voy disfrutando como un enano hasta que me acerco a Sograndio. Allí, que se va por una ladera sur, me da el sol con toda la fuerza, y paso de ir a 20º a ir a 30º. Esto unido a la pendiente hace que pete como hacía mucho tiempo que no me pasaba.


Voy de lado a lado de la carretera con la única esperanza de llegar a la zona alta, que es muy abierta, y que me dé el aire del nordeste que siempre es fresco.



Bingo! Llego a la zona alta y un generoso viento fresco, unido a que la pendiente baja del 11% al 7%, me deja como nuevo y recupero las buenas sensaciones.



Este último tramo es muy abierto y vistoso, y lo disfruto como un enano.




Corono en medio de un paisaje inenarrable.





Comienzo a bajar, con un buitre dándome un susto curioso, y veo a la derecha la rectona del Tenebredo, que desde aquí impresiona más aún que in situ.





Finalizo el descenso y vuelvo a Oviedo de nuevo por la senda verde. La Cruz de Linares nunca decepciona, aunque se convierta en un horno...


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