Por Ponga y alrededores - 17 de Octubre de 2021

Todos los años trato de hacer una o dos rutas por esa maravilla de la naturaleza que es Ponga y sus alrededores. Este año ya había pasado un poco por allí el día que hice los Pandes, pero esta vez tocaba meterse de lleno en Ponga con la habitual ruta con Mohandi y Llomena, pero con una ligera variación al final. 2200m de desnivel acumulado en tan sólo 94kms nos esperan.

Vistas desde la cima de la Collada Llomena


Salimos de Sevares Javi, Joseba y yo a media mañana. La temperatura es fresca, pero algo mejor que a primera hora, y se ve que vamos a tener buen día.


Los primeros kilómetros son de falso llano por una carretera estrecha. El tráfico es prácticamente inexistente, pero para un coche que pasa, casi nos atropella y encima la conductora nos increpa. En fin... Tras un amable intercambio de opiniones proseguimos con la ruta. 



Hacía más de 3 años que no nos juntábamos los tres para hacer una ruta, así que la conversación es más que fluida, jaja, y antes de darnos cuenta ya comenzamos a subir a Mohandi. Por esta vertiente son algo más de 5kms al 7%.



La subida es preciosa, y además, siendo dura, tampoco es excesiva así que con calma se va subiendo bien. En la segunda parte de la subida luce el sol y comienzan a aparecer los colores del otoño.




Coronamos Mohandi. Precioso. Nunca me canso de subir aquí.




Bajamos hacia Sellaño. Vamos muy despacio ya que entre el asfalto gastado, la humedad y las hojas, está la carretera muy resbaladiza.
Paramos varias veces a hacer fotos ya que el día está precioso y el paisaje es espectacular.


Llegamos a Sellaño y comenzamos a remontar el desfiladero del Río Ponga. Es precioso y pese a ir picando para arriba constantemente es muy divertido pasar por aquí.








En el cruce de Sobrefoz nos dirigimos a la derecha. La carretera pasa a ser una auténtica caleyona asturiana. Estrecha, con muchísimos baches, llena de hojas y muy mojada. Eso se une a que los dos primeros kilómetros tienen una pendiente que ronda el 10% y hace que cueste avanzar.



Pero el entorno es tan bonito, y la sensación de soledad es tan grande, que hacen que pasar por aquí sea un placer.




Tras unos kilómetros más cómodos llegamos a la foz. Ahora comienza el que es para mí el tramo de carretera más bonito de Asturias. La carretera va excavada en la ladera con túneles, cascadas...



Asomarse al precipicio quita el aliento...


A nuestra izquierda vemos el túnel que tendremos que cruzar dentro de un rato.



Para cruzar Sobrefoz tenemos que pasar por unas buenas rampas que superan el 10% con soltura. Al salir del pueblo volvemos hacia atrás, pero por la ladera contraria a la que hemos venido.


El Tiatordos está medio cubierto por las nubes, pero aún así luce precioso.


La carretera ahora va llana y a medio ladera. Está recién arreglada y se rueda por ella de maravilla.




Desde el mirador de al lado del túnel Sobrefoz y el Tiatordos se ven preciosos. Aunque parezca imposible, según vamos avanzando nos encontramos cada vez con lugares más bonitos.





Bajamos hasta San Juan de Beleño y comenzamos a subir a Llomena. Desde aquí quedan algo más de 4kms al 9%.
Vamos ganando altura a través de un bosque que puntualmente nos deja ver el Tiatordos.



En esta vertiente de Llomena la dureza va de más a menos. Empieza con kilómetros a más del 10% de media y acaba siendo un falso llano.





Coronamos. Busco el cartel que pusieron y tiene una altimetría mía...


Y tras un par de intentos fallidos, hacemos una foto de grupo medio decente, jaja.


Si la vertiente de Beleño es bonita, la de Viego lo es aún más.




La bajada acaba en Puente Vidos. La cascada del Aguasaliu, como casi todas en esta época, apenas tiene agua.



Descendemos por el desfiladero de Los Beyos. De nuevo es una gozada pedalear por un entorno tan bonito. Pero lo que realmente nos motiva es llegar a la parada del bocata, que ya son las tres y media y aún no hemos comido, jaja.


Con el estómago lleno continuamos descendiendo por el valle del Sella hasta llegar a Cangas de Onís. Estos son sin duda los kilómetros más sosos de toda la ruta.
En la misma Cangas, justo al lado del puente romano, comienza la siguiente dificultad del día, la subida a Bada. Son algo más de 4kms al 5% de media. 



La subida en números no es gran cosa, pero las vistas de los alrededores, y más con el día tan bueno que hace, son muy guapas.






De nuevo, entre las amenas charlas y lo bonito que es el puerto, antes de darnos cuenta estamos coronando.




Bajamos a la general y tras un par de kilómetros por ella nos desviamos hacia San Juan de Parres. Al poco de desviarnos comienza la subida a la Collada Fresnidiello, último puerto del día, y para mí una novedad ya que pese a que oído hablar muchísimo de esta subida, aún no había podido acercarme a conocerla.


Y el comienzo, con rampas sostenidas bastante por encima del 10%, ya nos deja claro que no es una subida de las sencillas.


Una vez que llegamos a San Juan de Parres la pendiente da una pequeña tregua durante un par de kilómetros.





Las vistas del Sueve y la zona de Arriondas son espectaculares



Giramos hacia la parte posterior de la montaña y pasamos a avanzar por un valle interior precioso, con la carretera excavada a media ladera.



Para salir de ese valle vamos ganando altura por la ladera muy rápidamente. Durante algo más de 2kms la pendiente apenas va a bajar del 10% en ningún momento. 
Además, la carretera está húmeda y llena de hojas, por lo que cada vez que nos ponemos de pie la rueda trasera derrapa.



Este tramo se hace muy duro y sólo las vistas mitigan un poco la fatiga.



A la izquierda se ve lo que puede ser la cima, y para distraernos vamos intentando adivinar por donde va la carretera y la pendiente que tiene, jaja.


Los últimos 500m vuelven a ser muy duros, con rampas al 12-13%, así que fallaron todas nuestras previsiones, jaja.





Y en un collado de una belleza maravillosa coronamos la Collada Fresnidiello.




En la cima se ve la carretera de otra de las vertientes de esta subida, ya que tiene tres. Nosotros vamos a bajar por la que sale del mismo Sevares.






Y entonces descubrimos que no hemos coronado aún y que nos queda un buen rampón con un pico del 15% para coronar realmente, jaja.




Y si la subida al Collado Fresnidiello ha sido preciosa, la bajada me deja totalmente maravillado. El trazado, el paisaje, la montaña, las rampas... lo tiene todo, menos el asfalto, que está en un estado lamentable.






Es tan bonito que paramos varias veces durante la bajada para admirar el paisaje, al que la luz del ocaso hacia lucir especialmente.





Y sin más novedad llegamos a Sevares. Queda pendiente subir a Fresnidiello por donde bajamos. La ruta fue una pasada, pero lo mejor, como siempre, fue la compañía.


4 comentarios:

  1. Solo te faltó, k paramos en la bajada de fresnidiello a disfrutar de lo que es el silencio.

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    1. No hubo silencio porque no callamos en toda la ruta, jaja.

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  2. Vaya retraso llevo, a ver si me voy poniendo al día.
    Rutón espectacular el de este día, una pasada. Esperemos que este 2022 repitamos y ya con más fuerzas.
    Ah, justo ayer escuchaba Harra de Berri Txarrak, qué casualidad.

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