La Marta es uno de los puertos de paso más duro de la península, y le debía una visita tras su reciente reasfaltado. Buscamos la manera de hacer una ruta circular lo más suave posible, y como pasa siempre en el occidente asturiano, esa ruta acumula 2650m de desnivel en tan solo 99kms, con las subidas a Brañúas, Chavadoira y Forcayao acompañando a La Marta.
Convenzo a Hugo para que me acompañe en esta pequeña locura, y así ve las bondades del occidente para el cicloturismo, jaja.
Hacía ya tres años que no me acercaba al Jitu de Escarandi, demasiado tiempo sin disfrutar sobre la bicicleta de esta maravilla enclavada en el corazón de los Picos de Europa. De paso había que aprovechar y hacer también la vertiente de Tresviso, algo más de 1700m de desnivel en tan solo 58kms.
Me acompañó en la ruta Luis el crack, para darle el toque épico a la jornada, jaja.
Salimos de Arenas a media mañana, nos desviamos hacia Poncebos y vamos remontando el valle del Cares con un paisaje espectacular desde el primer metro.
De Arenas a Poncebos hay unos 6kms que pican ligeramente hacia arriba, y que sirven de perfecto calentamiento para afrontar la subida al Jitu.
Llegamos a Poncebos y las aguas del Cares lucen totalmente cristalinas o con un azul/verde tropical espectacular.
Cruzamos el Cares y la suerte está echada, a por el Jitu de Escarandi.
Los primeros cuatro kilómetros de la ascensión son bastante duros, con pendientes que rondan el 8-10% y que superan puntualmente el doble dígito.
El valle que remontamos es estrecho, con varios túneles que jalonan la subida.
Llegamos a la zona de las dos revueltas, tras la que afrontaremos la última rampa de esta primera fase, que es la más dura, y que nos dejará a los pies de Tielve.
Falta ritmo en las piernas, se ha hecho duro, pero ahora viene una fase más cómoda de la subida que permite recuperar algo.
Las pendientes son cómodas, y mientras charlamos y disfrutamos del entorno los kilómetros pasan volando.
Antes de darnos cuenta ya vemos Sotres sobre nosotros y nos metemos en faena con la durísima rampa que hay que superar para llegar a la localidad cabraliega.
El paso por Sotres concede un pequeño respiro, y menos mal, porque nada más salir del pueblo hay que subir al collado de La Caballar, con un kilómetro al 15% de media.
La pendiente se va incrementando paulatinamente hasta alcanzar el 20% en esta curva. En esta zona desparecen las charlas y cada uno va como puede en ritmo de supervivencia, jaja.
Después de la curva la pendiente disminuye hasta un cómodo 12-13%, jaja, y podemos ver Sotres a nuestros pies. La altura ganada en un kilómetro es bestial.
En la parte final la pendiente vuelve a incrementarse hasta el 15%, pero viendo la cima tan cercana se afronta de otra manera.
Al momento llega el crack, que se comporta como un jabato en la última rampa, jaja.
Desde La Caballar al Jitu ya solo queda algo menos de dos kilómetros de toboganes sin mayor dificultad, en medio de un paisaje de praderas y picos realmente espectacular.
A 200m de la cima pincha el crack, que será sancionado con dos minutos por recibir ayuda de un corredor de otro equipo, jaja.
Arreglamos el pinchazo y coronamos el Jitu, con las vacas rascándose con los postes...y con los coches, menudos rayonazos...
En el Jitu de Escarandi, puertazo!!!
Y ahora llega el mejor momento del día, la bajada hasta Tresviso, el paisaje es indescriptible con palabras. Cada poco vamos parando para hacer fotos y disfrutar de los picos, barrancos, valles, y desfiladeros que nos rodean. Es un lujo poder atravesar el macizo oriental de los Picos de Europa.
Llegamos a Tresviso, donde un más que merecido avituallamiento nos espera, jeje.
Les pites se acercan a ver si cae algo, pero con el hambre que tenemos no dejamos ni una miga, jaja.
El crack aprovecha para mentalizarse de cara a la subida de esta vertiente del Jitu, jaja.
Salimos de Tresviso con las pilas recargadas rumbo de nuevo al Jitu, nos esperan algo mas de siete kilómetros de subida. Los primeros cuatro kilómetros son muy fáciles, con algún tramo llano e incluso de descenso, y alguna rampa que llega al 10%.El paisaje que nos rodea es abrumador.
El sol nos está calentando bien, y aunque hace una brisa que nos refresca lo justo, se agradece encontrarnos una fuente de la que mana un agua fresquísima.
Seguimos ganando altura y los picos más altos de Los Picos aparecen ante nosotros, con el Urriellu en medio.
Los últimos 2-3kms son los más duros, con rampas que rondan el 7-8% y alguna que supera ampliamente el 10%.
Y ya estamos de nuevo en el Jitu. La vertiente de Tresviso no es comparable en dureza a la otra, pero en belleza si que lo es.
Ya solo nos qedaba bajar hasta el coche. El crack se queda en Poncebos que es donde había aparcado. Tras la visión de su camiseta decido que ya es hora de ir a casa y me despido de él, jaja.
Impresionante día de cicloturismo, e impresionante el crack, jaja, eres el mejor.
Blog personal de un aficionado al cicloturismo, apasionado de los puertos de montaña.
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