Pues después de más de 10 años planeándola, por fin pudimos un día juntarnos y hacer la ya ultramítica quedada del Picu, AKA Collada Fresnidiello, AKA Cima Crack, aprovechando para además de pasar un día en magnífica compañía, conocer las bondades del concejo de Piloña para el cicloturismo.
La belleza salvaje de la Collada Fresnidiello |
Salimos poco después de las 11 de la mañana con una temperatura muy buena y una pequeña probabilidad de lluvia para el mediodia.
Evitamos la general metiéndonos por unas pequeñas carreteras, preciosas y con constantes repechos.
Apenas nos cruzamos con coches y podemos ir disfrutando tranquilamente de la ruta.
Pese a estar a finales de verano y que ha llovido muy poco, impresiona lo verde que aún está todo.
En casi todos los pueblos hay alguna casa de indiano, con sus características palmeras en su jardín.
A la izquierda tenemos la Sierra del Sueve, con su característica nube anclada en su cima.
El paisaje de campiña y colinas es precioso y antes de darnos cuenta estamos en la general para empezar la subida a la Collada Fresnidiello.
Cruzamos el Río Piloña y comenzamos la ascensión. El primer kilómetro, hasta que llegamos a San Juan de Parres, transcurre por un frondoso bosque y tiene una media que ronda el 7%.
Tras pasar San Juan de Parres entramos en la zona más cómoda de la subida, con pendientes muy suaves. Al fondo vemos la montaña que vamos a ir rodeando por detrás hasta llegar a un collado en su extremos contrario, que es donde se sitúa la cima.
Esta zona es muy abierta y las vistas son esplendidas.
Giramos y nos metemos en un valle por la parte de detrás de la montaña. Las pendientes siguen siendo suaves, con la carretera avanzando a media ladera.
Este tamo es precioso, aunque a decir verdad, toda la subida es preciosa. Una auténtica joya escondida en la geografía asturiana.
De pronto la carretera se inclina y entramos en la zona más dura de la subida, con 2kms muy duros, con rampas por encima del 10%.
La zona es cerrada y sombría, por lo que hay mucho musgo por la carretera y hay tramos donde derrapa la rueda hasta yendo sentado.
Pero cuando los árboles desaparecen el paisaje que podemos ver es maravilloso.
Poco a poco vamos avanzando y ya vemos a nuestra izquierda el primero de los dos collados que tendremos que alcanzar.
Para llegar a este primer collado vamos a tener que salvar una rampa bastante dura de unos 500m de longitud.
Coronamos y en vez de fdirigirnos hacia el segundo collado, nos vamos a la izquierda, hasta el pueblo del Picu, donde acaba la carretera. Es una decisión acertada ya las vistas desde la cresta por la que transcurre la carretera son una pasada.
El Picu, por fin ¡Ultramítico!
Volvemos por nuestros pasos hacia el primer collado. A nuestra izquierda podemos ver los primeros kilómetros del valle por el que transcurre la vertiente piloñesa de la Collada Mohandi.
Para llegar al segundo collado, donde ya finaliza la ascensión tenemos de nuevo otro buen rampón, que llega al 15%.
Las vistas de ambas vertientes desde la cima convierten a la Collada Fresnidiello en uno de los mejores miradores del concejo de Piloña.
El crack observando sus dominios, jaja.
Bajamos a Sevares. El asfalto de esta vertiente está reventado, pero el trazado es espectacular, con la carretera a media ladera jugando con las diferentes vaguadas.
Finalizamos la bajada y paramos en Sevares a comer unos pinchos, que ya era hora.
Para volver a Infiesto volvemos a evitar la general y vamos dando un precioso rodeo por las diferentes carreteras que hay en las estribaciones del Alto de La Llama.
0 comentarios:
Publicar un comentario