La costa occidental asturiana está llena de subidas poco conocidas y de gran dureza. Una de ellas, situada en el concejo de Cudillero, es la subida a la Ermita de San Roque.
Es una subida corta, ya que sólo consta de 2,6kms, pero que esconde una gran dureza, con una media del 11,5% y rampas que alcanzan el 19%. Pero sobre todo porque la primera mitad de la subida es una auténtica pared, con 1,4kms a casi el 15% de media, como vamos a ver a continuación.
La subida comienza en la rotonda que sirve de incorporación y salida de la A-8 en Ballota. Allí viene ya bien señalizada la Ermita de San Roque.
Y nada más comenzar nos queda claro que nos vamos a enfrentar a rampas de consideración, ya que la pendiente se eleva generosamente por encima del 10%.
De hecho se sitúa en torno al 15% con algún pico al 17-18%.
Tras la curva a izquierda que se ve al fondo nos encontramos el único descanso de la primera parte de la subida, donde la pendiente baja al 10%.
Justo después nos encontramos una recta de unos 700m de largo con una pendiente que ronda el 16% de media.
La pendiente es terrible y encima, al ser una recta, se hace mentalmente durísima.
Lo único que puede mitigar ligeramente el sufrimiento son las magníficas vistas que tenemos de la costa cuando los pinos nos permiten ver algo.
Finaliza la recta en una herradura a derechas, seguida de otra a izquierdas. Ahí la pendiente nos da un pequeño respiro y baja al 13%, que viniendo de donde venimos parece un descanso.
Tras algo más de 1,4kms de subida llegamos a la Ermita de San Roque y finaliza la parte más dura de la ascensión.
Pero no hay que cantar victoria antes de tiempo ya que aún nos quedan 600m algo más suaves, pero aún muy duros, con pendientes en torno al 10-11%.
Tras algo más de 2kms de subida llegamos a un pequeño llano desde el cual podemos divisar gran parte de la costa occidental asturiana.
Y tras un tramo llano e incluso un pequeño descenso afrontamos la última rampa antes de coronar este pequeño coloso.
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