Por Hoz, Ozalba y Piedrasluengas - 30 de Mayo de 2021

Tras muchísimo tiempo sin poder hacer una ruta fuera de Asturias por los motivos que todos sabemos, por fin me puedo desplazar a Cantabria a hacer una ruta clásica de la zona, el enlazado de los Collados de Hoz y Ozalba con Piedrasluengas. 2100m de desnivel acumulados en poco más de 100kms.

El espectacular tramo del Embalse de La Cohilla

Hay muchas ganas de hacer la ruta, pero muchas más de poder volver a rodar con Joseba, ya que desde septiembre del 2019 no nos habíamos vuelto a juntar. 

Salimos de La Hermida a media mañana. La temperatura es buena y a los 500m de empezar la ruta ya nos desviamos y comenzamos a subir al Collado de La Hoz.

Los primeros kilómetros de subida son los más duros, con pendientes que rondan el 7%, pero también son los más bonitos y escénicos ya que vamos ganando altura sobre el Desfiladero de La Hermida.

Entre caliza y un verde que deslumbra vamos ganando altura poco a poco.

La segunda parte del puerto es más tendida. El paisaje también cambia al ir metiéndose hacia el interior y pasa a ser principalmente praderas.

Coronamos Hoz. Cuantas más veces subo este puerto más me gusta.

La subida es muy bonita, pero la bajada no la desmerece y también es de gran belleza.

Finalizamos el descenso y tras sólo un kilómetro de llano comenzamos el ascenso a Ozalba. Unos 6kms a algo más del 6% de media nos esperan.

Vamos ganando altura mientras el sol comienza a calentarnos con fuerza. La carretera va ganando altura a base de herraduras y curvas de vaguada, y de vez en cuando vemos el Collado de Hoz ante nosotros.

A mitad del puerto nos encontramos esta recta que se hace bastante dura ya que la pendiente ronda el 9-10%. Sin duda es el tramo más dificultoso del puerto.

Afrontamos ya la última recta de la subida. Esta es otra subida que cada vez que la hago me parece más bonita.

Aquí podemos ver la diferencia de color entre un bosque autóctono y una plantación de eucaliptos.

Y coronamos Ozalba.

Bajamos a Puentenansa y comenzamos el ascenso a Piedrasluengas. Las pendientes son muy suaves pero nos quedan casi 40kms de ascensión, así que nos lo tomamos con mucha calma, y más con lo que está calentando ya el sol.

Aunque el valle es bonito, los primeros 18kms de subida se me hacen muy largos, y es que no hay nada que más me aburra que remontar un valle con pendientes muy suaves.

Por fin vemos al fondo el desfiladero que marca el cambio en la subida.

Paramos en La Lastra a tomar un refresco y acabamos comiendo un bocadillo que entra solo.

Tras el bocata comenzamos el tramo que nos lleva a la Presa de La Cohilla, el tramo más duro y guapo de la subida.

El valle se cierra y la vegetación se nos echa literalmente encima.

Las pendientes son duras, rondan el 8-10%, pero avanzar por esta carretera excavada en la roca es un verdadero placer. Lo malo es que en esta zona tan cerrada el bochorno es agobiante.

Al fondo ya aparece la presa, pero aún nos queda un buen cacho hasta llegar a ella.

Cuanta más altura ganamos, más bonito es todo.

Entre el calor y las rampas se ha hecho muy dura la subida a la presa, pero por fin se ve ya el final al fondo.

Llegamos a la Presa de La Cohilla maravillados.

Proseguimos con la ascensión a Piedrasluengas. Nos quedan otros 20kms de subida con pendientes muy suaves.

Están entrando nubes desde la meseta y la temperatura ha disminuido un poco y es más agradable.

Llevar más de 30kms de subida y encontrar un cartel que indica que aún quedan 8 no da muchos ánimos, jaja.

Según vamos ganando altura los bosques van sustituyendo a las praderías.

En la parte final hay dos miradores, aunque las nubes han cubierto las cimas de las montañas cercanas y estropean parte del paisaje.

Cruzamos un hayedo con unos ejemplares que impresionan por su tamaño.

Llegamos al Mirador del Jabalí y tenemos buenas vistas del valle que lleva a Potes.

Llegamos al cruce de la carretera de Potes. Nos quedan algo menos de 3kms de subida. Pero las nubes que vienen rápidamente desde la zona de Palencia anuncian que va a caer una tormenta muy grande. 

Como esos kilómetros que nos restan ya los conocemos, y con las nubes tapando los Picos de Europa no tienen mucha chicha, decidimos bajar directamente a Potes.

La bajada es cómoda pero se hace muy larga porque...es muy larga, jajaja. Tras pasar Potes sólo nos queda bajar por el Desfiladero de La Hermida hasta el coche, pero nada es fácil, ya que al tráfico y a las obras de la carretera se une un viento huracanado de cara que por momentos nos deja clavados en la carretera.

Por fin llegamos al coche y damos por finalizada la ruta. Un verdadero placer volver a rodar con Joseba y haber planeado futuras rutas que espero contar por aquí.