Esta vez toca acercarse a Cantabria para hacer una ruta por los valles del Deva y del Nansa. Estos preciosos parajes los recorreremos en una ruta de 100kms y 2100m de desnivel, con las subidas a Cuñaba, La Hoz y Ozalba.
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| Subiendo a Cuñaba |
Salimos de Unquera sobre las 9:30 de la mañana. La grupeta la formamos, Carlos, Estrada, José Ángel, Luis y yo.
Tenemos unos primeros kilómetros llanos ideales para calentar. La temperatura es fresca para la época del año en la que estamos.
Tras pasar Vilde giramos a la derecha y nos encontramos la subida a Villanueva. Un repecho muy duro de poco más de un kilómetro, pero con rampas que superan el 15%.
Coronamos Villanueva y nos desviamos hacia Panes. El terreno es cómodo ya que principalmente es descendente y el paisaje comienza a ser bastante bonito.
Pasamos Panes y entramos en el desfiladero de la Hermida. El tramo es precioso aunque algo incómodo por culpa del tráfico.
En Rumenes nos desviamos hacia Cuñaba. Es una subida de la que había leído maravillas y tenía bastantes ganas de hacer. Nos esperan 5kms a casi el 10% de media.
La subida es bastante irregular. Vamos ganado altura por una de las laderas a base de rampones con algún descansillo intercalado.
La subida es preciosa y merece la pena ir con calma y fijarse en cada detalle.
Además de un precioso paisaje dominado por la roca caliza, también podemos encontrar árboles impresionantes, como este castaño centenario.
El último tramo de la subida es el más bonito. Y también el más duro, ya que el último kilómetro tiene una media superior al 14%.
En este último kilómetro vamos ganando altura a base de herraduras. Alguna de ellas está casi excavada en la roca.
El desfiladero de la Hermida se ve muy abajo y no llevamos ni 5kms de subida. También sorprende el paisaje del que disfrutamos ya que no estamos ni a 500m de altura.
Delante ya vemos las últimas zetas que nos llevan a la cima.
Coronamos esta espectacular subida de la que esperaba mucho pero me ha dado aún más. Un "must" como dicen ahora los modernos, jaja.
Bajamos hasta el pueblo de Cuñaba a tomar un rico café de pota. Hay un kilómetro que se desarrolla entre praderías y que luego, evidentemente, tendremos que subir para volver a La Hermida.
Como suele pasar, las rampas impresionan subiendo, pero impresionan aún más bajando. Sobre todo por los precipicios que se ven al lado de la carretera.
No falta el postureo habitual, aunque en este caso es bastante fallido, jaja.
Volvemos al desfiladero de La Hermida, pero sólo durante 3-4kms hasta llegar al pueblo que le da nombre. Allí comenzaremos el ascenso al Collado de la Hoz.
La Hoz es un puerto que concentra su dureza en la primera parte, con 5-6kms al 6-7%.
La subida es tremendamente escénica e ideal para...
...posturear, jajaja.
Dejando al lado las bromas, es una subida para disfrutar del cicloturismo, con una dureza asequible y un entorno precioso.
Ganamos altura ya al fondo se puede ver Tresviso
Nos vamos alejando del desfiladero y entramos en una zona de praderas. Las pendientes descienden ligeramente.
Tras algo más de 10kms de ascensión coronamos el Collado de la Hoz.
Bajamos hacia Sobrelapeña para comenzar la siguiente subida del día: el Collado Ozalba. La bajada de La Hoz es preciosa, con un par de rincones en los que merece la pena detenerse a hacer una foto.
Comenzamos a subir a Ozalba. La temperatura, según nos hemos ido metiendo hacia el interior, ha ido descendiendo poco a poco, y ya está bastante fresco.
Ozalba, no sé porqué, pero siempre me parece más duro de lo que indican sus números, con muchas zonas sostenidas al 8%.
Las vistas del valle, con La Hoz al fondo, son espectaculares.
Con una grata compañía al borde de la carretera, coronamos Ozalba.
Bajamos a Puentenansa, donde comemos un buen bocadillo. Tras avituallarnos descendemos por el valle del Nansa. El terreno es cómodo y pedaleamos sin mayor dificultad.
Antes de llegar a Unquera decidimos hacer el clásico bucle de la zona por Pechón. Así podemos disfrutar de unas bonitas vistas de la ría de Tinamenor, desembocadura del Nansa, y de la ría de Tinamayor, desembocadura del Deva.
Gran ruta, de las que se puede disfrutar en cada pedalada. Aunque, como siempre, lo mejor fue la compañía.
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