miércoles, 27 de mayo de 2015

Cicloturismo de chip - 21 de Mayo de 2015

La media montaña asturiana da infinitas posibilidades para hacer rutas cicloturistas. Esta vez nos acercamos a la zona de Llanera, Candamo e Illas, con las ascensiones a La Roñada y La Miranda.
104kms y 1350m de desnivel en total.
Salgo de casa rumbo a Posada de Llanera, donde he quedado con Hugo y el crack. El trayecto hasta allí es bastante pesado por el tráfico.
Una vez juntos, salimos de Posada por terreno rompepiernas lleno de toboganes.


Nos acercamos a Santa Cruz de Llanera, con buenas vistas de la Sierra del Pedroso.


Desde allí afrontamos una bajada larga y cómoda hasta Peñaflor, para algunos casi como el Galibier, jajaja.


En Peñaflor continuamos hacia Pravia, por una carretera con continuos toboganes en los que empieza a haber los típicos ataques a traición cuando alguno para a mear, jaja. 
A nuestra izquierda, en la otra orilla del río Nalón, podemos ver la subida a San Tirso.


Tenemos un buen repecho para llegar a Santoseso, donde comenzaremos la ascensión a La Roñada.


Aquí ya se puede ver a Hugo y al crack soltándose indirectas.... y es que vaya subidita que me dieron, jaja.


Los primeros kms son más abiertos, con pendientes suaves del 5-6%



Más tarde entramos en el bosque, con un verde espectacular, y las pendientes manteniéndose en el 5-6%.


Llegamos al cruce de Los Veneros, disminuye la pendiente, y comienza el espectáculo del crack y Hugo, soltándose unos hachazos que no son ni medio normales, jaja.


Llegamos a una curva de vaguada que atraviesa unas praderas espectaculares, y con buenas vistas del valle del que venimos.


Y ahí siguen el crack y Hugo a su rollo, jajaja.




Coronamos La Roñada y podemos ver San Esteban de Pravia y la desembocadura del Nalón.




Seguimos rumbo a La Peral, con el Gorfolí delante nuestro.



Y bajamos a Avilés, donde nos espera un más que merecido avituallamiento.


La Miranda es la siguiente dificultad del día, a la que nos dirigimos con calma....


...pero de nuevo me llevan por la subida echando chispas, esto no es ni medio normal, jajaja. 
La Miranda, pese a ser muy suave en números, es un puerto muy resultón, con buenas vistas en la cima.


Y en la cima ya me separo de Hugo y el crack, que sigan ellos atacándose por su cuenta, que a mí ya me reventaron con su cicloturismo de chip, jajaja, y yo sigo tranquilamente hasta casa.

Grandísima ruta, muchas risas, como siempre un placer compartir pedaladas con Hugo y el crack. A ver si repetimos pronto...

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