La última vez que subí San Lorenzo por su vertiente tevergana prometí que no iba a volver a subirla, pero el tiempo lo cura todo, más o menos... así que no muy convencido me decidí a volver a subirlo y ver si cambiaba mi percepción del puerto.
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| Desfiladero de Valdezreizales |
Salgo de Trubia a media mañana. La temperatura es buena, en torno a los 20º, y un ligero viento de culo me ayuda a remontar el valle del Trubia.
Me desvío para pasar por el desfiladero de Peñasjuntas, que siempre merece la pena visitar.
Tras unos 15kms de valle me desvío a la derecha en Caranga. El valle se estrecha la pendiente aumenta muy ligeramente.
Me desvío de nuevo de la general para pasar de nuevo por otro desfiladero, esta vez el de Valdezreizales. Y merece la pena porque vaya rincón más bonito.
Tras llegar a La Plaza comienzo a subir a San Lorenzo. Los primeros kilómetros son muy suaves, aunque la pendiente va aumentando poco a poco hasta llegar al 7-8%.
La temperatura también va aumentando según voy ganando altura.
Llego a los últimos 5,5kms de subida. La pendiente se sitúa en el 11% y de aquí no va a bajar hasta la cima.
El puerto es tal y como lo recuerdo, un truñaco del copón, con sus rectas eternas y anchísimas que hacen que me aburra como una ostra subiendo. Por eso mismo dije que no volvería aquí, y creo que voy a tardar muchos años en volver, jaja.
Puntualmente las vistas son maravillosas, pero lo normal es dejarlas a la espalda y ver sólo ladera y talud.
Paso la braña de Tuiza y llego al kilómetro más duro de la subida, casi al 13% de media. Además el sol me castiga con fuerza y hacen más de 30º.
Corono contento más que nada porque voy a tardar muuuuuuucho en volver a pasar por aquí, jaja.
Desciendo por la vertiente somedana, que es más vistosa. Lo malo es que el viento es fuerte y hace que tenga que bajar con mucho cuidado ya que voy dando unos bandazos tremendos.
Se ve la subida a Las Viñas, con 1,2kms a más del 17% de media.
Llegando a La Riera veo que han vuelto a quemar la ladera y que en poco tiempo va a parecer el Mont Ventoux. En fin...
Llego al valle de Somiedo. Es un placer pedalear por aquí pese al viento de cara.
Llego a Belmonte poco después de las 15. Voy bastante bien, pero con algo de hambre, así que paro a comer un bocata que entra solo.
Arranco de nuevo y tras sólo 2kms comienzo la subida a Las Cruces.
A la izquierda puedo ver el alto de Las Estacas.
Los tres primeros kilómetros de Las Cruces son casi al 11% de media. Se me hacen muy duros porque además acabo de comer y además hace un calor exagerado.
Esta parte es muy vistosa, con la carretera colgada en la ladera y unos precipicios brutales, pero de nuevo está quemado casi todo el monte...
Se gana altura rápidamente y las vistas del valle del Pigüeña son preciosas.
Entro en el bosque y la pendiente y el sol me dan un ligero respiro.
Corono Las Cruces encantado. He sufrido mucho, pero que divertido de subir es este puerto.
Sólo me queda bajar a Grao y volver a Trubia por terreno muy cómodo. Finalizo muy feliz porque ha sido una ruta muy bonita pese a San Lorenzo, jaja.
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