jueves, 11 de julio de 2019

Parrillada en el Camín de la Mesa - 27 de Junio de 2019

El calor. El maldito calor. Como endurece una ruta hacerla con unas condiciones duras y, para mi, la peor de todas es el calor asfixiante que sufrimos cuando decidimos hacer esta ruta, ya bastante dura por si sola. Porque una ruta con las subidas a Santianes, La Corredoria, San Lorenzo, Maravio y Yernes acumula casi 3000m de desnivel en poco más de 90kms.
A continuación la crónica de tan dura ruta, hecha en compañía de Berto, David, Lolo, Parga y Rubén.


Petando en el Maravio



Salimos de Yernes poco antes de las 10 de la mañana. Los primeros kilómetros son de descenso, la mayoría de ellos al lado del río Villabre. La temperatura es agradable aunque ya se ve que, como dicen las previsiones, el calor nos va a apretar bien.
Comenzamos a subir al Llanón, que se une con la subida a Santianes. En total serán unos 5kms al 7%.


La carretera es estrecha y botosa, y el trazado es bonito. En momentos puntuales podemos ver la zona alta del valle del río Cubia.


Subimos charlando animadamente y antes de darnos cuenta ya vemos Santianes al fondo.



Tenemos un tramo de toboganes antes de empezar a bajar. Esta zona es preciosa. La sensación de soledad es tremenda.




Tras un vertiginoso descenso llegamos a la carretera que sube a Las Cruces. El asfalto es perfecto y las pendientes moderadas hasta que pasamos Vigaña, donde encontramos alguna rampa que supera el doble dígito.


El último kilómetro antes de llegar a Las Cruces, que ronda el 11% de media, siempre se pega un montón, por lo que hay que tomárselo con mucha calma.



En Las Cruces nos desviamos hacia La Corredoria. Nos quedan 6kms de discontinua subida, pero sin duda una de las zona más bonitas para andar en bicicleta de toda Asturias. La carretera va cresteando por un cordal y las vistas son espectaculares.




Tras 2kms encontramos el tramo más duro, con 1km que supera el 11% de media.



El paisaje todavía mantiene el verde de la primavera que deslumbra, y se mire donde se mire, todo apabulla.





A la derecha podemos ver la Sierra de la Beguega y la Sierra de Peña Manteca.




Y llegamos a la Venta de la Corredoria. Cuanto más paso por aquí, más me gusta este puerto.





Comenzamos a bajar hacia el valle del Pigüeña. En la primera curve de la bajada tenemos una de las mejores panorámicas que se pueden ver en un puerto en Asturias.


Llegamos al valle y tenemos que remontar unos 15kms hasta comenzar a subir San Lorenzo. Nos ponemos en formación de a uno rollo Sky y subimos a mil por el valle. En algún relevo voy con la posición de Mancebo y los ojos de Rijs, jaja.



Por fin llegamos a La Riera y comenzamos a subir San Lorenzo. Como dice Perico, por fin me puedo quedar con honradez.
Nos esperan 10kms durísimos. Además la ladera por la que sube la carretera tiene orientación sur y el sol nos va a pegar sin ningún miramiento.


A la derecha se ve Las Viñas, a la que se llega tras superar una subida de 1,2kms a más del 17% de media.







Lo voy a decir sin miramientos: odio San Lorenzo. Esa carretera ancha, esas rectas, esa pendiente siempre por encima del 11-12%, ese sol siempre castigando sin piedad...



...y el paisaje es precioso, pero esta subida es superior a mi. 



Por fin se ve la cima al fondo. No hago más que echarme agua por la cabeza, y al intentar secarme la cara con las mangas del maillot sólo noto un  "choffff" de lo empapado que estoy en sudor. Y esto lo pagaré después.





Coronamos san Lorenzo. Foto de grupo y bajada hacia Teverga.



Tomamos un refresco rápido en La Plaza y proseguimos hacia la subida a los Puertos de Maravio. Nos esperan algo más de 7kms al 8% de media.


La subida comienza dura, con rampas por encima del 10%. A la derecha preside la subida, inmensa, la peña Gradura.



Si en San Lorenzo hacia calor, aquí directamente es como estar a la parrilla. El Garmin me marca 40º y cada vez voy más despacio y a más pulsaciones. Paso de ir guardando a ir sobreviviendo.


Hace tanto calor que se ha formado una bruma tremenda.




En el último kilómetro de subida hay varias rampas al 15% en las que no me da la carretera para hacer eses, jaja.



Cuando llego a la Capilla de Santa Ana veo el cielo abierto. 



Hacemos la típica foto de grupo ya mítica.





Ahora tenemos que cruzar los Puertos de Maravio, unas enormes praderas de altura. Son unos 5kms de toboganes.




Voy bastante bien y he recuperado bien de la última subida, pero en uno de los repechos me da un calambre tremendo. Consigo solventarlo como puedo y sigo.
Poco después nos encontramos con un rebaño de vacas con un mastín. Pasamos andando y al volver a montar en la bici e intentar calar me da otro calambre que casi caigo de la bici.
Consigo estirar usando una cotoya de apoyo, jaja, y sigo como puedo. 


Tras un kilómetro de falso llano, comienzo por fin la bajada de Maravio.



Llego al desvío de Yernes y comienzo a subir muy despacio y con todo el desarrollo metido. Voy solventando la subida pero al llegar al comienzo de la zona dura las piernas ya empiezan a darme avisos.
Justo en ese momento aparece Parga al rescate con su furgo y me evita el último kilómetro de la ruta, a casi el 15% de media. esta vez si que vi de verdad el cielo abierto, jajaja.


Tras un ducha, nada mejor para recuperar fuerzas que una frugal comida con entremeses, fabada, chuletas y alguna cerveza, jaja.



Una ruta preciosa, aunque excesivamente endurecida por el calor. aunque lo mejor de la ruta, como siempre, fue la compañía.



3 comentarios:

  1. Me encantan las crónicas de petadas. Son las que dignifican al autor y lo alejan del profesionalismo frustrado, tan habitual en este mundillo tan variopinto de las dos ruedas. ¡¡Gran ruta!!

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    1. Al final somos globeretes que llevamos siempre la espada de Damocles de la petada encima nuestro, jaja.

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  2. Intenté subir san Lorenzo hace un par de semanas, por Teverga. Lo conseguí pero viendo lagartijas subiendo con más dignidad que yo, jajaja. No creo que vuelva nunca... Durísimo. Había subido Cobertoria por Llanuces y me pareció más humano. San Lorenzo es un dolor de muelas. Pero precioso.

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