Tras varios procesos gripales y temporales varios que me han impedido rodar con algo de regularidad, hay que volver poco a poco a la actividad.
Esta vez toca celebrar la nochebuena ascendiendo al coloso de colosos, el Naranco, en compañía de Luis, Marce y Juanma.
Esta vez toca celebrar la nochebuena ascendiendo al coloso de colosos, el Naranco, en compañía de Luis, Marce y Juanma.
Antes de subir el Naranco vamos a hacer un poco de ruta para calentar. Y hace falta porque la temperatura es bajísima.
Primero subimos a San Esteban de las cruces. Roberto nos hace de coche de apoyo, todo un lujo.
Las vistas desde Las Cruces nunca defraudan.
Tras coronar San Esteban, bajamos a Tudela Veguín. Poco después tomamos un café en Agüeira. Allí vemos esta peculiar bicicleta.
Vamos hasta Olloniego por la carretera de Santianes. El frío en el fondo del valle, donde todavía no ha dado el sol, es terrorífico.
Y volvemos a Oviedo por La Manzaneda, que con su tremendo repecho inicial siempre se hace muy dura.
Coronamos La Manzaneda y bajamos a Oviedo, desde donde afrontamos la subida al Naranco. En este punto de la ruta se une Luis.
El Naranco nunca defrauda, y las vistas desde la subida son brutales.
Y tras el típico pancarteo, coronamos el Naranco.
Como siempre, lo mejor de la ruta fue la compañía.
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