martes, 4 de julio de 2017

Por las brañas vaqueiras - 25 de Junio de 2017

Pese a haber recorrido bastantes zonas de la geografía asturiana, todavía quedan bastantes lugares que no conozco y en esta ruta me dediqué a recorrer algunos de ellos. Por algún puerto no había pasado nunca, o sólo los había bajado.
Los concejos de Valdés, Villayón y Tineo, entre el mar, la montaña y las brañas vaqueiras, fueron los lugares por los que transcurrió la ruta.
En total fueron 133kms y 3300m de desnivel, con las subidas a El Segredal, Villayón, Valdedo, Lendequintana, Brañúas y Aristébano.





Salgo de Luarca poco antes de las 9 de la mañana. La temperatura es fresca y no parece que vaya a abrir el día.
Nada más comenzar la ruta empieza también, en pleno casco urbano de Luarca, la subida al Segredal, que será la primera del día.


Tras un primer kilómetro duro se sale a la rasa costera y hay un tramo muy suave. La subida en general va a ser muy irregular, superando varios altos hasta llegar a la cima.



La subida alterna zonas de bosque con zonas más abiertas. Pero las nubes están bajas y tapan parte de las vistas.




Voy subiendo muy tranquilo y las sensaciones son muy buenas. La temperatura es fresca y eso siempre me ayuda para pedalear.




Llego a Belén tras superar otro de los múltiples altos de la subida.



Los últimos 5 kilómetros de la subida son los más duros y constantes, con pendientes que rondan el 8%. Empiezan poco antes de llegar a Siñeriz.


Las vistas desde aquí son espectaculares, pese a que por culpa de la niebla el mar apenas se intuye.




La subida es muy irregular, pero son 26kms de puerto. Cuando por fin veo la cima me llevo una alegría.





Interesante subida esta del Segredal. Además de su cima sale la carretera que nos lleva a la Llomba Carqueixa.



En la cima del Segredal sopla un aire bastante frío, por lo que me abrigo de cara a la bajada hacia Oneta.
El valle donde está Oneta es precioso. La pena es que las cascadas que se pueden ver desde la carretera bajan sin agua.



Hasta Villayón tengo unos 3kms de subida, al 5-7% todo el tiempo.




En Villayón paro a llenar los bidones y de paso aprovecho para comer algo en el bar. No sé cuando tendré al oportunidad de volver a comprar comida y llenar los botellines por lo que vale más aprovechar ahora.


Vuelvo a la ruta y tengo un kilómetro más de subida, con alguna rampa cercana al 10%. Después comienza la bajada hacia Puente Polea. Allí, ademas del comienzo de la Marta, también se sitúa el inicio de la subida a Valdedo, que hoy haré por la vertiente de Illaso.


El primer kilómetro es espectacular, atravesando un túnel de vegetación precioso.



Tras más o menos un kilómetro de subida me desvío a la derecha rumbo a Illaso. El paisaje sigue siendo parecido, pero la carretera se estrecha mucho.



Poco antes de llegar a Illaso hay que desviarse a la izquierda por esta corta, pero intensa rampa. Llega a alcanzar el 20%.


A partir del desvío la subida es bastante discontinua y lo mismo hay rampas del 15% que tramos de descenso. Aunque la dinámica es ascendente todo el tiempo hasta llegar a la cresta.





Al llegar al punto más alto las vistas del valle del Navia son brutales.



Tras un ligero descenso, se llega a Valdedo. A nuestra izquierda tenemos unas vistas espectaculares de la Sierra de Carondio.




Justo al llegar a Valdedo, el día se acaba de despejar y el sol me empieza a calentar con fuerza.


En Valdedo me desvío a la izquierda para ir hacia Busmayor. Tengo que bajar con cuidado porque la carretera es una caleya llena de grava, e incluso musgo, y además al pendiente es elevada.



Por fin llego al fondo del valle y comienzo la subida a Lendequintana por Busmayor. El inicio es brutal y la pendiente no baja del 13-14%. Además la carretera sigue llena de gravilla y no facilita el poder ponerse de pie.



La subida es preciosa y las espectaculares vistas del valle hacen que me distraiga y mitigan la dureza de las rampas.



Tras casi kilómetro y medio de subida llego a Busmayor. Justo antes del pueblo hay que desviarse a la izquierda. A partir de ahí la subida sigue siendo dura, pero de vez en cuando habrá algún tramo suave e incluso algún descenso.



En la segunda mitad de la subida el monte bajo sustituye al bosque. La carretera discurre por el límite inferior del cortijo del Marqués.



A base de escalones voy ganado altura. Las vistas son cada vez mejores. El problema es que el sol me está golpeando sin piedad y voy echando humo, jaja.






Tras unos 6kms de subida llego al cruce de la carretera de La Marta. justo por encima de Lendequintana. Esta vertiente, sin ser tan dura como la de Puente Polea, merece la pena ser conocida.




Comienzo a bajar hacia Puente Polea. El entorno de Lendequintana es espectacular.





Tras el bucle que he hecho llego de nuevo a Puente Polea. Aquí comienza la subida a Brañúas.


La pendiente se sitúa en torno al 6-7% muy constante. Hace calor pero por suerte en los primeros kilómetros hay zonas con muchas sombras.





Después las sombras desaparecen y el calor aprieta con fuerza. Por suerte, de momento me encuentro bastante bien.



A la derecha ya veo la cima de Brañúas, pero todavía me quedan 13-14kms para alcanzarla.





Tras unos 5kms de subida tengo que desviarme a la derecha para ir hacia Brañúas.


A partir del cruce la subida es más irregular. Lo mismo alcanza el 10% que es apenas un falso llano. Lo peor es que son las 14 y el hambre empieza a apretar. Las buenas sensaciones desaparecen.



Lo bueno es que la subida es preciosa y tiene rincones espectaculares como este antiguo molino.


A la derecha puedo ver con claridad, Lendequintana, Bustantigo y Valdedo.



Voy en las últimas cuando en Parlero encuentro un bar tienda. Compro bebida y como algo para recuperar fuerzas.
Al reanudar la marcha y salir de Parlero me encuentro un tramo de ligero descenso antes de afrontar los kilómetros finales de subida.


El paisaje es precioso. Además las nubes tapan el sol. Ésto unido a que he recuperado fuerzas al comer me hacen recuperar las buenas sensaciones. Aún así voy con mucha calma, disfrutando de cada pedalada.





Tras una curva aparece ante mí la cima y la espectacular zeta con la que se alcanza ésta.



Los últimos 3kms de subida son los más duros, con una media que ronda el 8% y pendientes que supera el doble dígito cada poco tiempo.




Afronto la recta final con un fuerte, y frío, viento frontal. Hace media hora me estaba asando y ahora estoy congelado, jaja.


Corono Brañúas con 2800m de desnivel en tan sólo 87kms. Estos números casi igualan al enlazado estrella de la zona central de Asturias, el famoso enlazado Cobertoria- San Lorenzo - Somiedo. Da igual la ruta que hagas por el occidente, estos números son habituales.



Comienzo el descenso hacia Navelgas. Esta vertiente tiene un trazado espectacular, con varias herraduras que cortan la ladera.
A la derecha podemos ver la zona alta del valle del río Navelgas, que finaliza en el Collado Santiellos. Este collado es justo el que se encuentra en la última curva del alto de La Marta.




Finalizo la bajada de Brañúas y tengo que recorrer 10kms de ligero falso llano descendente para llegar a Navelgas. El valle todavía luce un verde brillante y está precioso.





Llego a Navelgas con la sensación de tener la ruta casi hecha.... pero no, jajaja.


Nada más comenzar a subir el repecho que hay entre Navelgas y Naraval comienzan a darme calambres en las dos piernas. Así que meto todo el desarrollo que tengo y subo con un molinillo que ni Froome, jaja.



Llego a Naraval y comienzo a subir a Aristébano, la última subida del día. Me esperan unos 4kms al 7%, que con calambres ya tengo asumido que se me van a hacer eternos.


Sin embargo los calambres desaparecen y no vuelvo a tener molestias. Que cosa más rara...


Corono Aristéabno y ya sólo me queda dejarme caer hasta Luarca.




Al llegar a Luarca aprovecho para dar una vuelta por la villa, visitar el faro y la capilla blanca, desde donde hay unas vistas preciosas de Luarca y de la costa cercana.









Aprovecho también para visitar el puente del beso, lugar donde nació la leyenda del pirata Cambaral.



Gran ruta, bonitos paisajes y conociendo zonas nuevas. E incluso con tiempo para hacer algo de turismo. Esto del cicloturismo parece que engancha, jaja.




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