viernes, 28 de marzo de 2014

Ermita del Viso - 28 de Marzo de 2014

De nuevo hoy en ruta, el objetivo era hacer mas de 100kms dos días seguidos para seguir acumulando fondo y poder empezar a plantearme objetivos mayores.
La ruta fue de 113kms y unos 1800m de desnivel, con las ascensiones a El Otero, El Viso y la Cabruñana.


Los primeros kms hasta Peñaflor son bastante cómodos, allí me desvió hacia Pravia y después hacia Aces para afrontar la subida a El Otero, sin mucha dureza, un tercera para calentar las piernas y con algún rincón bónito.



Tras coronar bajo a Cornellana y desde allí me dirijo a Salas por la general, con bastante tráfico y además la carretera pica constantemente hacia arriba, por lo que este tramo se me hace bastante largo.


Al llegar a Salas se puede ver la Ermita del Viso en lo alto de la montaña, hasta allí hay que subir.


La subida al Viso comienza en mitad de Salas y el primer kilómetro es brutal, el más duro de la subida. Tendrá por lo menos el 12-13% de media con rampas cercanas al 20%, así que con las piernas cansadas de la ruta de ayer, sufro mucho para superar las rampas. Iba tan clavado que hago el gesto típico de mirar a ver si voy pinchado y veo que llevo la rueda trasera algo baja, pues si, iba pinchado, jajaja, pero es pequeño y me aguanta la subida entera.
Al final del primer kilómetro se encuentra el Tejo de Salas, monumento natural.



El segundo km es algo más suave. Poco a poco la pendiente va disminuyendo y puedo coger algo de aire, y disfrutar de las vistas en los pocos sitios que me lo permite la frondosa arboleda por la que discurre la ascensión.




Me gusto la subida al Viso, corta, explosiva y bastante bónita.


Después de coronar, bajo a Salas a avituallarme y vuelvo hasta Oviedo por la general, con la Cabruñana como mayor dificultad, y en la que sufro bastante. No se que tiene esta vertiente, pero siempre se me atraganta, jajaja.


A partir de allí, terreno rompepiernas hasta casa, que se me hace duro, pero con calma lo supero. Las sensaciones no son buenas, pero son debidas al cansancio acumulado de la ruta de ayer, que a la propia ruta de hoy, así que llego a Oviedo muy contento de haber podido encadenar dos rutas así. Poco a poco, la forma parece volver.

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