lunes, 27 de agosto de 2012

La Cubilla - Los Alpes en Asturias - 11 de Junio de 2011

Hoy no voy a recuperar una crónica antigua, en vez de eso voy a reescribir de nuevo la ascensión a La Cubilla, el puerto más bello de Asturias, y el primer puerto grande que hice en mi vida.

Hasta ese día lo más duro que había hecho era subir el Cordal por Riosa, con sus 8.5kms al 6% y rutas de 70kms. No sabía como me responderian las piernas, el ordago era a grande...

Dejé el coche en Los Pontones, para evitar el tráfico de camiones que hay hasta esta localidad debido a las obras de los túneles del Ave, pero al ser sabado no hay ni un camión, por lo que bajo tranquilamente hasta Campomanes y allí doy media vuelta. Hasta Los Pontones el terreno es de falso llano y toboganes, sin mayor dificultad. Al llegar a los Pontones una rampa del 12% me recibe y ya se puede decir que comienza realmente el puerto. Un par de repechos duros y al pasar Telledo el valle se abre y deja unas vistas espectaculares.


Acostumbrado a subir puertos de 5 o 6 kms, 8 como muchísimo, cuando vi todo lo que me quedaba de ascensión, la carretera colgada tan arriba, me dió la risa floja y me di cuenta de donde me había metido, jajaja.


Antes de Rospaso se pasan unas herraduras preciosas.


Sigo hasta Tuiza, de momento voy bastante bien para los kms de ascensión que llevo y me encuentro una zona de praderas preciosa y otra zona de herraduras.





Llego a una zona más comoda y poco a poco me acerco al mirador, que me deja unas vistas del valle increíbles.


Y continuo poco a poco, empiezo a notar la fatiga, pero este puerto es totalmente diferente a los que subía habitualmente, esto es un puerto de verdad, longitud, dureza y unos paisajes arrebatadores. Me sigo acercando poco a poco a las revueltas de la zona final.


Me quedan unos 4 kms y ya voy totalmente fundido, así que toca sufrir mucho hasta el final, o eso creía, porque los últimos kms son una gozada, la carretera hace unos lazos a traves de unas praderas, con diversos balcones, entre un mar de montañas, un paisaje como el de los grandes colosos del Tour.
En ese momento me desapareció todo el cansancio, no había sitio para él, solo para disfrutar de la montaña, la bicicleta y la soledad.







Llego a la cima y ni me lo creo, he conseguido subir un puerto de 28kms, mi primer CIMA, cuando 5 meses antes me retorcía para subir El Naranco. Este fue el momento que me acabo de enganchar a la bici. Poder llegar allí arriba y disfrutar de todo el paisaje, ya sea desde la cima o durante la ascensión, es impagable.


Desde arriba las vistas a las praderas de Las Ubiñas son tremendas.




Y ya solo me queda bajar, pensando en cual será el próximo objetivo...

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